La salud de Morena y su presidente López Hablador

Yolanda Valladares Valle

No sé qué es más indignante: si escuchar al presidente López Hablador en su mañanera diciendo desvergonzadamente y sin pudor alguno que pronto tendremos un sistema de salud como el de Dinamarca, o los descerebrados que se la creen porque nunca han pisado recientemente el IMSS, o la triste realidad que lo contradice todos los días en todas las instituciones de Salud en México; sin presupuesto, sin mantenimiento, sin equipamiento, sin medicamentos y sin médicos suficientes para atender la creciente demanda de la población.

En este sexenio de gobierno de Morena se los firmó ante notario público; desafortunadamente nunca estaremos ni remotamente cerca de ser como Dinamarca. Para empezar, ni siquiera somos equiparables, este es un país muy pequeño que no llega ni a los seis millones de habitantes y nosotros en México somos 127 millones, además de estar catalogado como uno de los países del mundo con mayores niveles de educación y calidad de vida de sus ciudadanos.

Aunque tengan que usar vitalicina, y haiga sido como haiga sido, la realidad es que durante el Gobierno del PAN, los conservadores, funcionaba mejor el Sector Salud: Fox instauró el Seguro Popular que aumentó exponencialmente los servicios de salud a todos los mexicanos y Calderón incrementó los cuadros básicos de medicamentos para atender cáncer, diabetes, diálisis.

Hoy a cuatros años de gobierno morenista, no hay medicamentos, ni médicos suficientes. Los médicos del IMSS operan con sobrecargas extremas de trabajo; no tienen presupuesto para mantenimiento; los equipos son obsoletos; si se va la luz, se interrumpen las cirugías, porque ni a planta de luz llegan. El Sistema Nacional de Vacunación que era orgullo internacional, está por los suelos, no hay medicamentos suficientes para cubrir el cuadro básico de salud y menos para cáncer; eliminaron las diálisis y reemplazaron el seguro popular con una ocurrencia el Insabi, que nunca funcionó. Amén de la corrupción que transformaron también las compras con sobreprecio de medicamentos e insumos a familiares de Barttlet.

Y aun así cínicamente se atreven a decir que todas las deficiencias son mentiras de los conservadores, que todo está maravillosamente bien y pronto seremos como Dinamarca.

Pero si acudir al IMSS es un viacrucis para el enfermo, los médicos, enfermeras y todo el personal de salud llevan la peor parte; es una verdadera pesadilla, pues todos los días son quienes pagan los platos rotos, porque son los que dan la cara ante los ciudadanos por todas las carencias y deficiencias que enfrentan cotidianamente y ni quejarse pueden, porque los corren. Y aunque creo que la Salud no debiera tener color, hoy si lo tiene, se ve y huele como a rojo bien quemado.

Y si el karma existe solo espero que algún día aquellos que se rasgan las vestiduras en defensa de López Hablador tengan la necesidad de acudir al IMSS y una vez ahí que la realidad los alcance y les hagan pagar en carne propia el uso del sistema de salud danés de primer mundo, que tanto alardea hoy en México su presidente López Hablador.