Huracán acercándose

En los próximos días, de acuerdo a su trayectoria probable, llegará por Quintana Roo a la Península el huracán Beryl, que durante su recorrido por el océano ya alcanzó la categoría cinco, la máxima para estos ciclones tropicales. Su entrada se espera para el próximo viernes; aun no es posible definir exactamente el punto del territorio quintanarroense por el cual se internará a suelo nacional, pero una cosa es cierta, estos fenómenos no tienen palabra de honor. Aunque deseamos que en Campeche nos pegue con sus efectos mínimos, tenemos que tomar todas las medidas preventivas.

Así lo deben estar haciendo en este momento todas las autoridades de las tres esferas de gobierno, coordinándose el Gobierno Federal con los Estados de la región que podrían ser impactados y estos a su vez con los municipios, todos a través de sus instancias de Protección Civil, responsables de la respuesta ante estos eventos que pueden derivar en verdaderas emergencias.

En estos instantes no debe haber colores ni banderas políticas, lo que tienen que hacer es establecer todo lo que sea necesario para tener efectiva comunicación y organización. Lo importante no es quien sale en más fotos llevando ayudas con despensas, o quien llega primero a una colonia, un fraccionamiento, o a una comunidad que puede necesitar auxilio; desafortunadamente ya hasta eso se usa para levantar los egos y como material para figurar en las redes sociales. Lo que se necesita es que esos recursos, los materiales, las maquinarias y el personal estén disponibles para ayudar cuando se requieran.

Podemos confiar en que tenemos instituciones que están probadas para responder en estos casos: el Ejército, la Marina, las y los policías, bomberos, personal de emergencias, personal médico y paramédico, por citar solo a algunos que están siempre listos para actuar. Pero también nosotros como ciudadanía podemos ayudar y mucho, no tirando basura en la calle que luego va a tapar los drenajes y desagües de la ciudad, ayudando a limpiar los que estén cerca de nuestras casas y también apoyando con lo que se pueda a quienes sabemos que están en condiciones más vulnerables o precarias; siempre hay alguien a quien le podemos dar una mano para que esté un poco mejor preparado para estas contingencias. Y en caso de tener que evacuar y dejar su domicilio, no lo dude, hagamos caso a las autoridades. Lo primero es salvaguardar la vida de nuestras familias, lo material viene mucho después.

Hay que estar también muy pendientes de la información de las instancias oficiales en los medios de comunicación, que no es por ser sensacionalistas ni exagerar como dijo ayer en su Mañanera el presidente, pero también los medios tenemos que cumplir con la labor de llevarle a miles esta información, algún mensaje, incluso para transmitir un llamado de auxilio; es parte de la labor que se tiene que hacer para la sociedad. Por supuesto que no hay que contribuir con la desinformación y con algunas “fake news” que en las redes sociales provocan temor o desatan el pánico.

Como Estado y como país ya tenemos sobrada experiencia, no es la primera vez que estamos a la espera de un evento de esta naturaleza. en Campeche recordamos muy bien los nombres del Gilberto, el Opal, el Roxana, el Isidoro y la tormenta tropical Cristóbal, que nos dejó severos daños en 2020.

Otros como el huracán Wilma que arrasó a Cancún, o el Stan, que desató su furia en Chiapas.

Y sin ir lejos, apenas hace algunos meses, en octubre del año pasado observamos la devastación que provocó el huracán Otis en Acapulco.

No se asuste, pero tampoco se confíe. Lo mejor es mejor estar preparados, mantenerse informado y estar listos para actuar.