Sin ruptura y sin sumisión, continuidad de la Cuarta Transformación

Sin ruptura y sin sumisión será la transición entre el actual gobierno y el que encabezará la Dra. Claudia Sheinbaum. Señaló lo anterior Juan Ramón de la Fuente, encargado del proceso y próximo secretario de Relaciones Exteriores, con que inicia un claro desmarque de la virtual presidenta electa y Andrés Manuel López Obrador.

En amplia entrevista que le realizó la periodista Carmen Aristegui al ex rector de la UNAM se pueden ver las primeras señales de que el gobierno que entrará en funciones a partir del 1 de octubre tendrá un liderazgo propio y no un caudillismo como algunas voces perciben en la esfera política.

El ex secretario de Salud también diferenció las trayectorias de ambos personajes dejando en claro la formación académica de Claudia Sheinbaum y el origen meritorio del presidente López Obrador y, la coincidencia es la política social de primero los pobres.

“La presidenta Claudia Sheinbaum asumirá todas las responsabilidades que le confirió el pueblo de México en la pasada elección con más de 35 millones de votos y continuará el cambio de régimen político mexicano”, dijo.

Otra frase que es contundente es que el gobierno entrante no será una calca del saliente, lo que debe ser considerado como una forma tersa pero precisa del deslinde y un mensaje claro para contener aquellas versiones de un futuro Plutarco Elias Calles tabasqueño.

Queda claro en el panorama político que no habrá una ruptura como en sexenios anteriores donde se emprendieron persecuciones políticas y judiciales en contra de ex funcionarios y familiares del presidente saliente, pero tampoco habrá sumisión.

No obstante que el líder moral seguirá siendo Andrés Manuel López Obrador, quien ha señalado que solo participará en política si la presidenta Sheinbaum lo considera, pero que si ejercerá su derecho a opinar cuando lo considere necesario en caso que se falle la construcción del segundo piso de la 4T. Esto habrá que verlo.

Lo cierto es que cuando le crucen la banda presidencial a Claudia Sheinbaum, todo el poder constitucional y también el meta constitucional será únicamente de ella y, por el bien de su gobierno, pero sobre todo del país, su voz y su autoridad estará por encima de cualquier otro ciudadano por muy Andrés Manuel que se llame.