El pulpo y no el de los teclados

Cada temporada de captura del pulpo hay problemas. La actual no es la excepción, principalmente porque las autoridades estatales y federales no escuchan, no atienden de fondo y por lo mismo no resuelven nada y han dejado avanzar los males hasta llegar a la grave situación en la que se encuentra la actividad hoy en día.

Cada temporada hay menos molusco, pero no es la única especie en peligro. También lo están el cazón, el caracol rojo (chacpel), el pámpano y ya a nada de desaparecer por completo la cherna, por citar algunas.

En esta problemática están inmersos los pescadores, dueños de congeladoras y de restaurantes, cada uno contribuye con la depredación de las especies todo el año, estén en periodo de veda o no, les da lo mismo, de lo que se trata es que los bolsillos tengan dinero, que la caja registradora siga timbrando.

También es patente la complicidad de los funcionarios por no cumplir con la labor de vigilar, ordenar y aplicar la ley, escudándose en el argumento simplón de que no tienen recursos económicos, ni el personal y el litoral es extenso.

En ese tenor están la Conapesca, la Secretaría de Marina, el Instituto de Pesca, la Fiscalía Especializada en Medio Ambiente de Campeche, entre otras, que en los años recientes quienes las dirigen han optado por la pasividad, el confort, por no complicarse la existencia y dejar de cumplir con las tareas encomendadas. Si cobran lo mismo, para que estresarse.

La temporada 2024 de captura de pulpo fue de las más bajas de que se tenga memoria, al grado que la mayoría de los hombres del mar prefirieron seguir con la pesca de las especies de escama, periodo durante la cual se dejan “descansar” para su recuperación.

El lugar donde mayor volumen se obtuvo fue en Isla Arena, no es porque el octópodo prefiera la temperatura del agua, le guste el lugar a donde viajaba con frecuencia el ídolo de México Pedro Infante para escuchar que cante o la calidez de su gente, las razones es que ahí lo cuidan y protegen.

Por eso tienen toda la razón de quejarse, en alzar la voz y protestar como lo hacen, porque es injusto que otros se aprovechen con artes de pesca no permitidas y los despojen del producto del esfuerzo. Y no es que estén pidiendo que ningún otro pescador puede capturar, lo que piden es que lo hagan como debe de ser.

Los especialistas que estudian el molusco en Campeche han advertido que la alerta está en rojo, aun así, los funcionarios no han mostrado interés y las reuniones que realizan cada que hay protestas, como la ocurrida esta semana, es solo para la foto, para salir del paso y acallarlas, dejando para luego la solución de fondo de este tema que no es nuevo, pero que ha ido de mal en peor en los últimos años.

Mientras se deciden, si algún día lo hacen, mantienen el mar abierto a la ilegalidad.