Impunidad

El caso reciente de una estudiante de la Facultad de Derecho de la Universidad Autónoma de Campeche violada por alumnos de la Facultad de Ciencias Políticas de la misma casa de estudios, que no ha sido resuelto por la Fiscalía General del Estado de Campeche, aun cuando están liberadas desde hace más de un mes las órdenes de aprehensión, es una clara muestra que la impunidad prevalece.

Y ya no son los tiempos del Partido Revolucionario Institucional, a cuyos dirigentes y gobernantes Morena acusaron de sostenerla (a la impunidad) como una práctica cotidiana en perjuicio de los ciudadanos de a pie, aquellos que carecen de poder político y económico.

Son los del Gobierno del partido guinda que se comprometió a no hacer lo mismo, a borrar para siempre los atropellos, la ilegalidad y las injusticias; a no caer en esas nefastas prácticas que tanto han dañado y agreden la dignidad humana porque “con el pueblo todo, sin el pueblo nada” y porque “primero los pobres”.

El grito de justicia de una madre desesperada que está sufriendo por la aberrante acción de tres sujetos contra su hija, a la que cambiaron y marcaron para siempre su vida, no ha encontrado eco ni en la Fiscalía, ni entre los diputados locales, ni en ninguna otra instancia. Se han limitado a declaraciones, discursos de solidaridad y palabras de consuelo que no necesitan ni la víctima, ni sus familias: lo que demandan es castigo para los responsables. Solo falta que la mayoría grite al unísono en el salón de sesiones: “¡No están solos!, ¡no están solos!”, porque está visto y comprobado que cuando se trata de proteger intereses se hace, por lo tanto, no es casualidad que las diputadas del partido mayoritario y aliados guarden silencio cómplice.

El clamor y el sentimiento popular es que la justicia no ha llegado, ni llegará. Y el argumento es que los tres sujetos están identificados con el Movimiento de Regeneración Nacional.

Razones hay para pensar de esa manera: el mutis de la Fiscalía General del Estado de Campeche y quienes dirigen la Universidad Autónoma de Campeche, al tratarse de estudiantes de la misma. El tiempo que dejaron pasar entre la denuncia y la liberación de las órdenes de aprehensión 15 días después, que les dio el espacio suficiente a los presuntos responsables para fugarse, incluso salir del país sin problema alguno. Y, finalmente, el blindaje al empleado de Bienestar que atropelló y mató a una familia en la avenida José López Portillo años atrás.

Tuvo que ser la madre de familia, obligada por la impotencia y la inacción de los encargados de aplicar la ley, léase Fiscalía General del Estado de Campeche “dirigida” por Jackson Villacís Rosado, quien hizo pública la tragedia y pesadilla por la que están atravesando, con todo lo que conlleva e implica para ella, su hija y su familia haber dejado el anonimato.

No le dejaron otra opción y tuvo que armarse de valor, porque a lo mejor para el fiscal, los legisladores y demás autoridades se trata de un caso más, no así para la víctima porque le destruyeron la vida desde el momento mismo del ultraje. Porque hasta hoy solo ha obtenido como respuesta a su dolor y clamor de que se aplique la ley, palabrería y verborrea, que son una burla a la inteligencia.

Pero iban a ser diferentes; lo que no nos dijeron es que sería para mal.

PD.- Quienes han criticado la difusión que el influencer MrBeast está dando a Calakmul con millones y millones de vistas al video que subió en sus redes, seguramente desconocen que en Campeche desde hace décadas no se rebasa la ocupación hotelera del 60% y eso que se le dan su “ayudadita” a los números.