Ningún cabo suelto

NO SE trata de echar las campanas al vuelo, ni pensar que será la solución inmediata para levantar la economía estatal que lleva años entre las peores del país. Pero ya es un cambio que el Gobierno de Claudia Sheinbaum Pardo esté corrigiendo algunos de los graves errores de su antecesor. Porque cuando Andrés Manuel López Obrador acabó con el programa de las Zonas Económicas Especiales de Peña Nieto, lo hizo más por razones políticas, aunque no dudamos que tenía en parte razón para sospechar que algunos gobernadores, como Alito Moreno en Campeche, las usarían para su provecho y de sus negocios, pero nunca aportó pruebas.

Lo que sí hizo fue quitar una oportunidad a Estados, como el nuestro, de atraer inversiones con una estrategia que le daría beneficios a quienes asuman el riesgo de levantar industrias en la región. Nada nuevo, así lo han hecho con éxito en los países asiáticos, por ejemplo.

Ayer la presidenta y su secretario de Economía, Marcelo Ebrard, confirmaron que el Municipio de Seybaplaya ya cuenta con la autorización para ser uno de los Polos de Desarrollo Económico del Bienestar, en el marco del denominado Plan México, que pretende aumentar el volumen de la producción y la industria nacional con la atracción de empresas.

La gobernadora Layda Sansores aseguró que se trata de algo histórico: “Gracias a la presidenta Claudia Sheinbaum Pardo por hacer florecer esta visión, al secretario Marcelo Ebrard y a todo el equipo federal por confiar en el potencial de Campeche”.

“Vamos a impulsar una nueva dinámica económica, potenciando nuestras vocaciones de la mano de empresarios campechanos y empresas nacionales e internacionales, que ven en nuestro Estado el lugar más prometedor de la región, con enorme potencial”.

“¡Vamos por más desarrollo, más empleo y justicia para nuestra gente! Estamos trabajando”, indicó la mandataria.

Llega con otro nombre y con un sexenio de retraso la oportunidad de recuperar este plan económico para Seybaplaya y que en un futuro podría incluir también a Dzitbalché, pero dicen bien que más vale tarde que nunca.