Muchos diputados locales y de resultados nada

Los diputados de la LXV Legislatura del Estado son unos buenos para nada, salvo contadas excepciones. Están dedicados a usar la tribuna para enfrascarse en dimes y diretes que no conducen a nada, no resuelven los problemas que aquejan a Campeche, cuyos habitantes seguimos viendo el transcurrir del tiempo sin mejoría, sin crecimiento, sin desarrollo.

Se han concentrado en defender lo indefendible, en ver los defectos de sus respectivos gobiernos, en vez de aportar y de hacer para avanzar. Le han encontrado la forma a cobrar sin el mayor esfuerzo, les ha bastado con los adjetivos, con recordar el pasado, aunque el presente este peor.

Así vemos a los legisladores de Morena mantenerse firmes en el guion de estar en los primeros lugares en seguridad en el país, cuando está a la vista de todos que la situación ha dado un giro para mal y hoy las ejecuciones se han incrementado, misma línea ascendente que han tomado los delitos del fuero común, que tienen en jaque a la ciudadanía. El reciente asalto de un grupo de delincuentes a una residencia de Lomas del Castillo, no deja lugar a dudas.

Y a los de Movimiento Ciudadano sostener que los servicios públicos han mejorado, que los parques del Municipio no están abandonados y que la mayoría de las calles no están en mal estado, como se quejan un día sí y el otro también los campechanos que aquí viven. Que han visto que en siete años en manos del mismo grupo no hay ningún avance. No es que no vean la realidad, es que se han acostumbrado a mentir.

Es evidente que no están trabajando, están dedicados a pasear y a la farándula, a presumir que han prosperado económicamente y que les está yendo muy bien, como jamás soñaron y creyeron. Para eso querían llegar al poder, para probar sus mieles, gozar de los privilegios que da tener la caja del erario a disposición y los negocios que se pueden hacer.

Son incapaces de reconocer que Morena y Moci están haciendo mal las cosas, que las expectativas generadas en la ciudadanía han quedado truncas, que están resultando igual o peor que quienes tanto criticaron. Que, indudablemente, estamos inmersos en un retroceso evidente.

Son incapaces de reconvenir a sus respectivos gobiernos para que enderecen el rumbo, porque los barcos llamados Campeche y la capital política están yendo a pique. Les resulta más fácil y conveniente ser sumisos y subirse al ring de la tribuna para obtener los aplausos de sus bandos por los discursos huecos, llenos de charlatanería y actuación.

Con comparsas así que defienden los intereses de sus grupos, qué caso tiene que los campechanos sigan manteniendo a los 35 diputados que no los defienden, no los apoyan, no son sus portavoces, ni los representan.

Son lo mismo, con las mismas prácticas y los mismos vicios. Urge que se retome la propuesta de reducir el número de legisladores a 25 o 28, para dejar de mantener tanta burocracia inservible.