Ningún cabo suelto

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ANDA DESAPARECIDO el dirigente estatal del partido Morena, Erick Reyes León.

Parece que le afectó mucho y decidió esconderse luego del decálogo que les recetó la Presidenta de México, Claudia Sheinbaum, durante la asamblea nacional guinda celebrada el domingo pasado.

Sino es uno de los personajes a los que fue dirigido el mensaje, que han dejado atrás los postulados de la austeridad franciscana ampliamente pregonada por las máximas figuras de Morena: Andrés Manuel López Obrador y Claudia Sheinbaum, pero ignorada en menos que cante un gallo por quienes ocupan los cargos de dirigentes, senadores, diputados, jefes policiacos y funcionarios en general, no tiene nada que temer.

Sino es quien acostumbra a rodearse de guaruras, conducir vehículos de lujo, vivir en zonas residenciales caras y come en restaurantes de lujo, no hay razón para estar guardado, para no continuar con sus conferencias mañaneras a las que nos tenía acostumbrados.

Si es ajeno al decálogo, no está entre los etiquetados, debe aparecer para llamarle la atención a los militantes que en poco menos de cuatro años como funcionarios o representantes populares su nivel de vida ha cambiado de manera sorprendente: viajan al extranjero como si fueran a alguno de los 13 municipios, han adquirido varias propiedades, vehículos, caballos, terrenos y visten ropa de marca, entre otros.

Sino vive en Fracciorama 2000, Bosques de Campeche o el Country Club, no hay razón para su ausencia.

¿Dónde estará Erick?