No hubo transición tersa en el PAN

Roberto Oropeza Ortiz

Comentaba ayer la presidenta electa en Campeche de Acción Nacional, Nelly Márquez, en el programa Mesa Revuelta, lo ocurrido con la toma de las instalaciones del Comité Estatal el pasado lunes por parte de supuestos trabajadores de ese partido. Dijo que en su mayoría se trataría de “aviadores”, a los que les pagaban “apoyos” fuera de nómina la directiva saliente encabezada por los diputados Rosario Cruz, expresidenta y Joshue Golib, exsecretario general. Indicó que se trata de un hecho que no se había presentado en el cambio de ninguna otra dirigencia estatal del PAN en el país y que incluso puede derivar en responsabilidades de tipo penal.

La protesta de los presuntos empleados por la falta de pago de su quincena pasada y la que se vence hasta hoy, impidió hasta este momento que se lleve a cabo la obligatoria entrega recepción de la administración partidista. Todo indica que con este fin la manifestación está siendo auspiciada por sus dos principales instigadores, sus exdirigentes, que además de haber llevado a su partido a obtener los peores resultados de su historia política reciente, resultaron pésimos perdedores del proceso interno donde su candidata fue derrotada por la fórmula de Nelly Márquez y Mario Pacheco Ceballos. Además de que la administración y el manejo que hicieron durante estos años de los recursos públicos, de las prerrogativas mensuales que recibieron, seguramente no aguantaría ni media revisión o auditoría.

Son patadas de un dúo que está más que ahogado, porque aunque el nuevo Comité tenga que instalarse en otra sede para empezar a operar, como confirmó su presidenta que ya está autorizado por el Comité Ejecutivo Nacional y se nieguen a la entrega-recepción legal, Rosario y Golib ya perdieron todo el poder al interior. Lo único que están haciendo es el ridículo político y le están dando a Nelly Márquez otro poderoso argumento para realizar una revisión a fondo de su partido, una limpia, no solo de los “aviadores” que mencionó, sino de cada peso que entró y salió de la tesorería. Muy probablemente esto va a derivar en las posibles denuncias penales a las que hizo referencia y a fincarles responsabilidades a su antecesora y a su secretario.

Se “volaron” Joshue y Rosario, particularmente en estos últimos meses donde tuvieron los recursos que les llegan del Congreso del Estado, donde es evidente el acuerdo que mantienen con Morena en las votaciones y por el silencio sepulcral que guardan, para no tocar ningún tema que incomode a la 4T. Junto con el manejo discrecional, prácticamente personal de los cientos de miles de pesos mensuales que les eran depositados en las cuentas del partido. Es fácil deducir cómo disponían, manejaban o jineteaban ese dinero, en estos tiempos dorados para ellos y precisamente eso los llevó a comportarse de manera maquiavélica y perversa para intentar imponer a una sucesora. Solitos se quemaron, no necesitaron ataques de sus adversarios y hoy su realidad ante la militancia que queda fiel a este partido es de un descrédito prácticamente unánime.

El reto para Nelly Márquez, Mario Pacheco y su nuevo comité es muy complicado, están recibiendo un partido financieramente quebrado en su capital económico y prácticamente desfondado en su capital político, después de hilar dos elecciones en 2021 y 2024, que los pusieron al borde de no alcanzar ni el 3 por ciento de la votación para tener registro. Pero el panismo aun respira y con inteligencia puede levantarse de la lona donde lo dejaron. Los que salieron no les están haciendo fácil el arranque, pero tendrán en las próximas semanas y meses tiempo suficiente y elementos para devolverles la cortesía. Veremos hasta donde deciden llegar con la “limpia” y el resultado de las auditorías.