La oposición entregada

Los dirigentes y los partidos que dicen ser de oposición por motivos diversos están desaparecidos, entregados, callados y pasivos. Salvo una que otra excepción, se han dejado querer, maniatar y otros más prefieren estar agazapados, midiéndole el “agua a los camotes” para que llegado el momento saltar de unas siglas a otras.

Es vergonzosa la actitud que han tomado, porque han abandonado a los ciudadanos que dicen representar, los demandas que se comprometieron a encabezar, los problemas que aseguraron iban a resolver durante las campañas y las voces que reclamarían cuando no se estuvieran haciendo bien las cosas. Oportunidades han tenido de sobra y nada, han desaparecido y escondido como los avestruces.

Prefieren no ver la realidad del Estado, hacen oídos sordos a los reclamos y no solo eso, dan la espalda y a la menor oportunidad aplauden, son sumisos y farsantes, porque las prebendas negociadas y recibidas los mantienen calladitos, asomando el rostro solo para disimular y simular que están en desacuerdo. Ya no pueden ocultar que están entregados, en una zona de confort, que los mantienen un nivel de vida que nunca imaginaron o que ha mejorado sustancialmente en los últimos meses.

Esos beneficios por supuesto que no son compartidos con los ciudadanos, son para ellos, para sus grupos, la complicidad vale y la han cobrado muy bien. No es casualidad entonces, que nuestros flamantes diputados locales del PRI, PAN y Moci finjan y estén convertidos en la comparsa, que baila al son que le toquen.

Movimiento Ciudadano que se pensó, creyó y muchos hasta lo afirmaron que sería la “verdadera oposición” ha resultado un fiasco, un intento de todo y de nada. Desde el “escape” del Senado de Daniel Barreda durante la sesión para aprobar la reforma judicial, se supo que quedaba borrado, sus voces acalladas y estarían a la voluntad del señor. Si tienen dudas, pueden consultar los muros de quienes están a la cabeza: Eliseo Fernández, Pedro Armentía y Paul Arce, entre otros.

Lo peor no es que no aborden los temas que están golpeando a los campechanos, como el estancamiento económico y en consecuencia la falta de empleo; la creciente inseguridad, no solo me refiero a los homicidios dolosos; y los números alegres, sino que en sus gobiernos municipales la situación no es mejor, todo lo contrario, es lamentable, crítica y no se ve un solo avance. Están en la lona.

Sus alcaldes pasaron de pelear en los primeros tres meses de sus actuales administraciones, a la frivolidad, a exhibir su superación económica, sus bailes, su rutina en el gimnasio, su asistencia a conciertos de cantantes internacionales. El trabajo puede seguir esperando, quedando claro que no les interesa servir.

Tenemos una oposición de papel y farsante.

PD.- Dicen, dicen, que un exalcalde campechano llevó la mala suerte al Vaticano.