Ningún cabo suelto

NO ESTUVO el Gobierno de la República dispuesto a medir fuerzas con los maestros de las organizaciones sindicales con mayor presencia, el SNTE y en especial por la convocatoria a un paro nacional por parte de la conocida “Coordinadora” o la CNTE. Por eso la presidenta Claudia Sheinbaum retiró la iniciativa de reforma a la Ley de los Trabajadores del ISSSTE, rechazada por los docentes, al considerar que los afectaría al aumentarles las cuotas a pagar por el seguro de salud y al seguir incrementándose cada dos años la edad mínima para pensionarse.

Además de retirarla para apaciguar al Magisterio, la presidenta anunció en su Mañanera que a través de decretos establecerá beneficios para el pago de sus deudas por créditos con el FOVISSSTE y facultar a la institución para que construyan viviendas a precios accesibles.

Lo que se presenta como un triunfo para los sindicatos magisteriales, también es un signo de donde le duele y a que le teme el Gobierno. Porque pudieron aprobarse los cambios legales, como lo ha hecho siempre la mayoría de la 4T con su aplanadora legislativa, sin mediar razones ni más diálogos. Pero al costo de lanzar a decenas de miles de maestros y maestras en paro y a otros burócratas del ISSSTE a las calles, para manifestarse en contra, lo pensaron mejor y prefirieron calmarlos.

Se entiende porque ya tienen encima el 2 de abril, fecha en que el Gobierno de Donald Trump dará a conocer los aranceles que le impondrán al comercio con todos los países y México aún no se salva con todo y tratado comercial. Y con el tema del narco crematorio en el rancho de Teuchitlán, Jalisco, que ha calado en la opinión pública nacional e internacional, al revelarse el destino de cientos de personas desaparecidas por el crimen organizado.

Estamos en uno de esos momentos, donde se dice que el país está agarrado con pinzas y aguantando la respiración.