Escrito por NCS Diario el marzo 16, 2025
El nuevo Saturno y el destino de la gobernanza global
Víctor Collí Ek
En una época donde Trump regresa al poder y los conflictos se multiplican, nos preguntamos ¿es posible la cooperación internacional cuando el sistema multilateral se desmorona? Esta interrogante es magistralmente abordada por George Papaconstantinou y Jean Pisani-Ferry en su nuevo libro “New World, New Rules”.
Como el perturbador “Saturno devorando a su hijo” de Goya, el orden mundial establecido parece estar consumiendo sus propias creaciones. Las instituciones multilaterales surgidas tras la Segunda Guerra Mundial -hijas de un consenso que ya no existe- están siendo devoradas por las mismas fuerzas que debían gobernar. Su diagnóstico es contundente, vivimos una paradoja donde necesitamos más cooperación internacional que nunca, mientras el sistema que debería proporcionarla se autodestruye.
“Tenemos un desajuste entre demanda y oferta de gobernanza global” explican en el libro. El cambio climático, las pandemias y la revolución digital exigen coordinación mundial, pero el viejo manual post-1945 no fue diseñado para estos desafíos.
Lo más provocativo de su análisis es el cuestionamiento al rol estadounidense. “Estados Unidos está cansado de su papel global”, ha señalado Pisani-Fierry, evocando la descripción de Kindleberger sobre el período entre guerras “Gran Bretaña no podía y Estados Unidos no quería liderar”. Este vacío no será llenado por China, argumentan, pronosticando en cambio un “mundo multi-orden” donde diferentes sistemas de valores coexistirán.
¿Hay esperanza? Sorprendentemente, sí. El libro identifica un concepto prometedor, la “geometría variable”, donde diferentes constelaciones de países abordan problemas específicos. La crisis climática requiere cooperación entre Europa, China e India. La biodiversidad necesita a Brasil e Indonesia en la Mesa. Este enfoque ya muestra resultados positivos, el Acuerdo de París, con su estructura voluntaria, demuestra que el progreso es posible incluso sin reglas vinculantes universales.
Andrés Velasco, ex ministro de Finanzas chileno, ha indicado que “La globalización no desaparecerá pronto”. Los ciudadanos pueden oponerse a la competencia extranjera, pero pocos quieren renunciar a productos importados baratos.
Para Europa, esta nueva realidad representa tanto desafío como oportunidad. Deberá ceder privilegios obsoletos -como que “Italia tenga más votos en el FMI que India”- para ganar influencia real en coaliciones temáticas específicas.
A diferencia del monstruoso Saturno de Goya, que solo sabe destruir lo que ha creado, necesitamos aprender a transformar. El futuro de la cooperación global no dependerá de grandes organizaciones burocráticas, sino de redes flexibles de actores públicos, privados y cívicos unidos por problemas concretos.
El sistema internacional puede estar fragmentándose, pero quizás, en lugar de ser devorado por sus contradicciones, pueda renacer de sus piezas con formas más adaptadas a los desafíos de nuestro complejo siglo XXI. Te invito a seguir platicando en el blog de YouTube: https://shorturl.at/FYrcf