Escrito por NCS Diario el febrero 14, 2025
Así las cosas…
Orgullo Peninsular
La reunión en nuestra bella ciudad de San Francisco de Campeche de las gobernadoras Layda Sansores y Mara Lezama y del mandatario yucateco, Joaquín Díaz Mena, fue un buen inicio y es una buena oportunidad para que a nuestro Estado lo empiece a voltear a ver la Federación y lo dote de la infraestructura que desde hace décadas requiere y no es atendida, no en los tamaños que la realidad exige.
A pesar de ser la entrada a la Península de Yucatán y la vía de comunicación de esta con el centro del país, tenemos las peores carreteras, mínimo transporte aéreo, industria y movimiento económico, incluido el turístico del que siempre escuchamos que tenemos vocación. Sin los elementos para impulsarlo, avanzamos a paso muy lento. Datos que revelan dónde estamos parados: el año pasado se captó tres millones de pesos más por el impuesto sobre hospedaje, llegamos a 18. Solo Chichen Itzá es más visitado y genera más derrama económica que todo nuestro Estado.
Ni el petróleo, que nos prometió el Gobierno Federal que nos sacaría del atraso pudo llevarnos a otro nivel; culpa de la Federación, pero también de los gobernadores que nunca reclamaron y cuando les dieron recursos de más los usaron para despilfarrar en proyectos sin futuro y otra parte pararon en los bolsillos de los funcionarios, muchos de los cuales, ellos sí, prosperaron.
Para decirlo claro: de la Península de Yucatán, somos el Estado atrasado y marginado.
Por eso este Primer Encuentro “Orgullo Peninsular” celebrado hace ocho días exactamente, puede convertirse en una importante plataforma para impulsar al Estado y traer crecimiento a toda la región, sin exclusiones, siempre y cuando se tome con toda seriedad, no haya sido solo para tomarse la foto del recuerdo.
Si logra el Gobierno de Campeche que en bloque se gestione la modernización de las carreteras Frontera-Zacatal, Puerto Real-Champotón y Chetumal-Escárcega podremos aspirar al desarrollo que tanto se nos ha negado. Hoy, dicho sea por las instancias encargadas de las estadísticas, entre ellas el INEGI, estamos en decrecimiento por lo que urge hacer algo.
Hay un luz, tenue todavía, con el anuncio de la construcción de la autopista Macuspana-Escárcega, por parte de la presidenta Claudia Sheinbaum, que si se hace realidad se habrá dado un gran paso, se habrá abierto una puerta importante, porque hoy solo tenemos una carretera de cuatro carriles: la Campeche-Mérida, construida por cierto en el sexenio del panista Felipe Calderón por intervención del entonces secretario de Gobernación, Juan Camilo Mouriño. Hagan números y desde entonces no se hace una carretera nueva en la geografía estatal.
Dirían los chavos, hay que aplicarse, porque no queremos que cuando se ponga a funcionar el gasoducto y empiece a operar la cementera Cruz Azul, veamos solo pasar el desarrollo a nuestros vecinos y aquí se queden las migajas, como ocurre con el Tren Maya, que la mayor derrama económica se está generando de Mérida a la Riviera Maya; de este lado está muy pobre, ya hasta las oficinas van a cerrar el próximo mes.
Campeche está urgido de todo y el bloque peninsular renueva la esperanza.