Escrito por NCS Diario el enero 30, 2025
Ortega y esposa consagran su poder absoluto en Nicaragua
Una ley otorga a Daniel Ortega y a Rosario Murillo su mando absoluto en Nicaragua al controlar órganos legislativo, judicial y electoral
Nicaragua.- Daniel Ortega y su esposa Rosario Murillo consolidaron su mando absoluto en Nicaragua: como presidente y «copresidenta» controlarán todos los poderes del Estado y a la sociedad civil, según una reforma constitucional ratificada este viernes por el Parlamento.
«Aprobada en su totalidad en segunda legislatura» la ley de reforma a la Constitución de Nicaragua, anunció la Asamblea Nacional en su cuenta en X. Este era el último paso antes de la entrada en vigor del cambio de la Carta Magna.
El mandato de gobierno pasa de cinco a seis años y el rango de la ya poderosa Murillo sube de vicepresidenta a «copresidenta», según la reforma aprobada en noviembre en un primer periodo de sesiones del Congreso dominado por el gobernante Frente Sandinista de Liberación Nacional (FSLN, izquierda).
Ortega, exguerrillero de 79 años que gobernó Nicaragua en la década de 1980 tras el triunfo de la revolución sandinista, está en el poder desde 2007 y sus críticos lo acusan de instaurar en Nicaragua una «dictadura familiar», junto a su esposa, de 73 años.
La reforma, propuesta por Ortega, establece que los copresidentes coordinarán ahora «a los órganos legislativo, judicial, electoral» y de fiscalización, antes reconocidos como independientes en la Carta Magna.
Además, Nicaragua es definida ahora como un Estado «revolucionario» y «socialista», e incluye entre los símbolos patrios la bandera rojinegra del FSLN, exguerrilla bajo cuyo liderazgo una insurrección popular derrocó al dictador Anastasio Somoza en 1979.
La Oficina Regional para América Central del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos expresó en un comunicado su «profunda preocupación» por la aprobación de la reforma, al considerar que «profundiza retrocesos en libertades civiles y políticas» en el país centroamericano.
«Estos cambios drásticos marcan la destrucción del Estado de derecho y de las libertades fundamentales en Nicaragua (…) Ortega y Murillo han consagrado y consolidado su poder absoluto», aseguró a la AFP el abogado estadounidense Reed Brody, miembro de un grupo de expertos de la ONU sobre este país centroamericano.
– Miles de encapuchados –
Ortega y Murillo radicalizaron sus posturas y aumentaron el control sobre la sociedad nicaragüense tras las protestas de 2018, cuya represión dejó 320 muertos según la ONU, consideradas por el gobierno un intento de golpe de Estado patrocinado por Washington.
La reforma establece que el Estado «vigilará» a la prensa y a la Iglesia para que no respondan a «intereses extranjeros», y en el caso de las empresas para que no apliquen sanciones como las que Estados Unidos ha impuesto a Nicaragua.
También oficializa el retiro de la nacionalidad nicaragüense a los considerados «traidores a la patria», como hizo el gobierno con unos 450 críticos y opositores en los últimos años.
Otra de las controvertidas normas de la Constitución reformada es la creación de una «Policía Voluntaria», integrada por civiles, como «cuerpo auxiliar y de apoyo» a las fuerzas de seguridad, lo que hace referencia a lo ocurrido en 2018.
Con los rostros cubiertos con capuchas negras, más de 15.000 civiles han sido juramentados por las autoridades de Nicaragua como «policía voluntaria» desde mediados de enero, antes incluso de que fuera ratificada en su totalidad la reforma.
Durante las protestas, hombres encapuchados y fuertemente armados, que el gobierno llamó el «pueblo», intervinieron para levantar las trincheras que montaron universitarios y controlar a los manifestantes.
La Constitución de 1987 ha sido reformada en una docena de ocasiones por los diputados afines a Ortega, incluida la que estableció la reelección presidencial indefinida.
Expulsan de conventos a más de 30 monjas en Nicaragua, denuncian
La abogada y experta en asuntos de la Iglesia católica, la nicaragüense Martha Patricia Molina, dijo a la Afp que las monjas de la Orden de Santa Clara fueron «sacadas, desalojadas de sus monasterios» la noche del martes por el gobierno
Más de 30 monjas fueron expulsadas de tres conventos en Nicaragua y su paradero es incierto, aseguraron este miércoles una investigadora en temas de la Iglesia y medios nicaragüenses en el exilio que denuncian una persecución del gobierno de Daniel Ortega contra religiosos.
La abogada y experta en asuntos de la Iglesia católica, la nicaragüense Martha Patricia Molina, dijo a la Afp que las monjas de la Orden de Santa Clara fueron «sacadas, desalojadas de sus monasterios» la noche del martes por el gobierno.
Molina agregó que hasta el momento se desconoce el paradero de las monjas, la mayoría nicaragüenses, o «si salieron del país».
«Noche de terror para religiosas: Dictadura sandinista notifica a las religiosas Clarisas que deben de abandonar sus propiedades. Solamente dejaron que sacaran pocas pertenencias, lo que le alcanzaba apenas en sus manos», escribió en la red X la activista, exiliada en Estados Unidos.
Según el medio Confidencial, editado en el exilio desde Costa Rica, las religiosas fueron expulsadas de conventos en Managua, la capital, en Matagalpa (norte) y Chinandega (noroeste).
Mientras que el diario La Prensa, cuya redacción también está exiliada, detalló que la orden religiosa se estableció legalmente en Nicaragua en 2004, pero en 2023 fue cancelada junto a otras ONG ligadas a la Iglesia.
Ortega y su esposa, la vicepresidenta Rosario Murillo, acusan a la Iglesia católica de haber apoyado las protestas opositoras de 2018 que dejaron más de 300 muertos, según la ONU, y que ellos consideran un intento de golpe de Estado patrocinado por Washington.
Una reforma constitucional aprobada a fines del año pasado, que entrará en vigencia en los próximos días y da poder absoluto a Ortega y Murillo, establece que el Estado «vigilará» a la prensa y a la Iglesia para que no respondan a «intereses extranjeros».