Escrito por el enero 24, 2025

Así las cosas…

Cada quien defiende a sus delincuentes

Está muy molesto el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, porque el Gobierno de nuestro país hace poco para combatir el crimen organizado: el narcotráfico y el trasiego de personas, culpándolo de la “invasión” de drogas e ilegales en su territorio. En contraparte, México acusa a EU, no de ahora sino de administraciones anteriores, de proveer ilegalmente de armas a esos grupos delincuenciales para fortalecerlos, sin que se investigue y castigue a las compañías que lo hacen.

Es decir, cada uno ve la culpa enfrente.

La inacción norteamericana es notaria cuando de combatir el comercio de las drogas e ilegal de armas se trata. No es de ahora, viene de tiempo atrás y solo se dan golpes esporádicos al narcotráfico, con operativos espectaculares donde detienen a un centenar de delincuentes, pero hasta ahí. Vaya no es un combate permanente, ni constante, dedican más tiempo a culpar a otras naciones de sus males.

En cuanto a las armas no se pelean con la economía que los hace fuertes, por lo tanto, no vamos a ver que arremetan contra ellas. Y una señal de que no ocurrirá la mandó el día que rindió protesta cuando les agradeció el apoyo recibido.

De este lado, la política de “abrazos y no balazos” relajó el combate contra el crimen organizado, creciendo la violencia, los homicidios, el tráfico y consumo de estupefacientes, al grado que hay Estados donde la delincuencia está imparable y se han convertido en una práctica frecuente las ejecuciones, las extorsiones, la quema de vehículos y comercios, aunque tengan otros datos. Se alentaron las caravanas de migrantes, hasta que se dieron cuenta que la situación se estaba saliendo de control y estaba generando serios problemas en varios Estados del país, sobre todo los fronterizos.

El Gobierno de la presidenta Claudia Sheinbaum en los pocos meses que lleva ha mostrado que será diferente y ha asestado buenos golpes al crimen organizado, estando al frente de la Secretaría de Seguridad un policía de carrera como Omar García Harfuch, que en la Ciudad de México logró reducir los índices delictivos y desmembrar grupos importantes.

Pudieran ir más lejos ambos Gobiernos y regresar la tranquilidad en varios estados de ambos lados, si quisieran en serio combatir estos lastres. Tienen la tecnología suficiente para ubicar de qué compañías salen las armas, por dónde pasan y cuál es su destino. Lo mismo con los laboratorios y las ubicaciones de los líderes de los cárteles.

Es cuestión que se decidan, pero… saben que representarán duros golpes para las economías de ambos países y nadie se pelea con el dinero.


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