Escrito por NCS Diario el enero 10, 2025
Así las cosas…
Las malas costumbres
Nos estamos acostumbrando a lo malo en nuestro bello Estado, en particular en el Municipio de Campeche, donde como todos sabemos reside la ciudad capital y están asentados los tres Poderes y hay un claro alejamiento de los funcionarios de sus responsabilidades, que se ha venido acumulando hasta llegar a la actual situación en la que nos encontramos, que ya he señalado en varias entregas y perdón por la insistencia, pero hay que empezar a exigir, para sacarlos del confort en el que están.
Pero no se trata solo de ser exigentes, los ciudadanos también debemos cumplir con la parte de esa responsabilidad que nos corresponde en nuestra calle y en nuestro entorno porque tal parece que nos hemos dado por vencidos, que estamos contagiados de la apatía y el desinterés que crece cada vez más entre los servidores públicos que no sirven, que día a día hacen más evidente que disputan los cargos por todos los privilegios que traen consigo.
Y lo anterior nos ha llevado a donde nos encontramos: una ciudad amurallada convertida en un verdadero caos, en un gigantesco tianguis con toldos en los parques, lienzo amurallado, banquetas, pasillos, pasajes, avenidas y plazas cívicas, que justifican los funcionarios con la necesidad de obtener el sustento diario.
Nadie está en contra de que hombres y mujeres se ganen la vida honradamente. Sin embargo, se puede hacer con orden. En esto están fallando las autoridades, que han cerrado los ojos, se han tapado los oídos y se han dedicado a estirar la mano para cobrar las respectivas cuotas a los ambulantes, por cierto, sin expedir recibo alguno, por lo que esos recursos no van a parar a las arcas municipales.
Agréguenle que de la otrora “Ciudad más limpia del Golfo”, orgullo de quienes aquí vivimos, hoy solo queda el bonito recuerdo. Por donde vayan, incluido los alrededores del Centro Histórico, hay suciedad y basura, no solo por la falta de botes y la acción de ciudadanos inconscientes, sino porque el ayuntamiento ha dejado de hacer, de cumplir su labor. Ejemplos y muestras los hallarán por todos lados, es una verdadera pena.
Todavía más: la gran mayoría de las calles están rotas porque dejaron avanzar el problema de los baches y cuando los tapan lo hacen con material de mala calidad, que más tardan en ponerlo que en convertirse en polvo, convirtiéndose en el cuento de nunca acabar.
Así puedo seguirme con el problema del alumbrado, la concesión sospechosa de los servicios públicos y otros problemas que se han ido acumulando por la incapacidad para resolver y sobre todo por el valemadrismo en que han caído los servidores, más dedicados en los últimos años a pelear, a echarle la culpa al de enfrente y a la fiesta que a cumplir con los compromisos contraídos.
Los problemas han ido avanzando y seguirán creciendo en el municipio sin preocuparle a los servidores públicos porque los ciudadanos hemos adoptado las malas costumbres de no exigir, les hemos permitido que decidan por nosotros, que dejen de hacer sin reclamarles, de quedarnos callados y ser conformistas, logrando que se burlen de nosotros como mejor les place.
Las consecuencias de esas malas costumbres, de fingir que no pasa nada y aplaudir payasadas las estamos viviendo y las seguiremos padeciendo, mientras no asumamos el papel que nos corresponde como sociedad.