Escrito por NCS Diario el diciembre 7, 2024
Nadie es profeta en su tierra
Por: Rodolfo Bernés Gómez
Esta expresión popular que ha sido arrancada de las Sagradas Escrituras, a la letra dice =de cierto os digo, que ningún profeta es aceptado en su tierra (Lucas 4:24), y que significa que alguien no sea reconocido por el valor que se merece por sus logros en su lugar de origen.
Esto me vino a la mente en el momento en que uno de los miembros del Colegio de Otorrinolaringología y Cirugía de Cabeza y Cuello del Estado de Yucatán. A. C. es reconocido por sus pares por su trayectoria y destacadas contribuciones a la sociedad, esto en el marco de la reunión anual de dicho Colegio; reconocimiento firmado por su presidente el M.C. Juan Pablo Álvarez Cuevas, y su vicepresidente el M.C. José Carlos Rivero, a nuestro paisano el Dr. Rogelio López Barrera: en un evento realizado en el salón de un hotel en la ciudad de Mérida, Yucatán, que se realizó la noche del 16 de noviembre de este año que está por concluir.
Los que acompañamos a Rogelio sentimos como propio ese reconocimiento, por el cariño que sentimos por nuestro compatriota, amén de que no es fácil ser reconocido por un grupo de médicos, profesionistas selectos de la sociedad yucateca, donde con seguridad los que esto leen contaran al igual que yo, son muy buenos y queridos amigos, gente buena y trabajadora.
Rogelio, es amigo mío de toda la vida, pero ese afecto y cariño que le tengo no influye en nada para mi percepción y los comentarios que emito sobre él.
Desde hace varios años nos había invitado a esta cena de gala que año con año reúne a sus colegiados y esposas. Desafortunadamente los años anteriores no habíamos podido asistir, cosa que lamentamos.
En la mesa en que nos tocó compartir esta velada se encontraban personas a las que quiero y respeto mucho, como es el caso de Diego Lugo y su esposa Gloria Arjona; Tere Amaro; Mercedes Espínola; Reymunda Abreu; Cecilio Cáseres, Freddy Can Turriza, que viajo desde Chetumal para acompañar a Rogelio, la Dra. Martha Faisal Blanco, y el Lic. Guillermo Vega García; está por demás decir lo feliz que me sentí al poder abrazar a mis amigos de siempre y que casi no coincidimos. A Freddy, tenía un buen de años de no verlo, me dio mucho gusto poder abrazarlo y saludarlo.
Estuvieron presentes, su hermano Fidelio, su sobrino Daniel y una de sus primas a la que tiene un especial cariño: Ana María López Dzib. Se podía sentir en el ambiente ese cariño que manifestaron los asistentes a nuestro amigo Rogelio.
- Es de admirar el esfuerzo que realiza nuestro amigo para asistir a las reuniones del Colegio que se llevan a cabo en esa bella ciudad; pues su sede de trabajo está aquí en Campeche, aquí esta: su casa; su consultorio; aquí tiene hecha su vida; pero sin duda el cariño hacia su gremio en Yucatán es singular, y desde luego opera junto con algunos de sus pares en esa ciudad.
En su intervención reconoció las aportaciones entre otros de los doctores: Ceballos Rivas, Mañe Ramírez, González Anguiano, Medina Carril y Pedro Becerril entre otros.
La llegada de Rogelio al salón donde se llevó a cabo este magno evento, causo alboroto entre los presentes que se encontraban en el área de registro, donde también se encontraban agentes de los diversos laboratorios que apoyaron en el patrocinio, Rogelio es muy conocido en ese gremio por lo que colegas y agentes al verlo llegar se le acercaron para felicitarlo, ¡cual artista del momento!
En el 2002, lograron llevar a esa ciudad el Congreso Nacional. En esa época este grupo médico era conocido como Sociedad Yucateca de Otorrinolaringología, y que hoy se ha convertido en Colegio.
Un ambiente de camaradería invadía el ambiente, todos felices y nuestro amigo ataviado con su traje azul y corbata roja compartiendo con sus colegas y amigos, no hubo mesa a la que se acercara y que no lo llenaran de elogios y felicitaciones, tomándose fotos con el homenajeado.
Muy ameno el grupo que amenizo el festejo, un guitarrista y una señora que cantaba canciones de nuestra época, de esas de los años 70s donde se veía en las películas a esas chicas a go go bailando dentro de jaulas en el escenario con un ritmo contagioso. Vi en ella a esas chicas, se nota que de jovencita lo bailo mucho, pues el ritmo y los pasos con que se movía son los mismos que se realzaban al compás de esas melodías. ¿Quiénes no disfrutamos y entonábamos?: la chica ye-ye, (No te quieres enterar, ye-yé — Que te quiero de verdad, ye-ye-ye-yé — Y vendrás a pedirme de rodillas — Un poquito, un poquito de amor); Diablo con vestido azul, Paso a pasito que cantaba la Novia de México, Angélica María). Me transporté con ese ritmo y el entusiasmo con que cantaba esta señora a mi juventud, recordaba las películas donde los jóvenes de pelo largo con pantalones coloridos acampanados, y esas bellas chicas con su minifalda, se movían a un ritmo contagioso. Todo un espectáculo. No me canse de verla, aún lo sigo disfrutando.
Nuestro amigo Rogelio fue llamado a cantar y se dio un tu a tu con esta señora. Todo un espectáculo. Gracias Rogelio, gracias amigo por darnos la oportunidad de compartir contigo estos momentos que sabemos significan mucho para ti, y que los hacemos nuestros. ¡En hora buena!