Ningún cabo suelto

PARA DARNOS una leve idea de lo que viene en los próximos años, a partir de que asuma la presidencia de Estados Unidos, Donald Trump, el mandatario electo por más de 70 millones de estadounidenses, que barrió en su segundo triunfo nacional para llegar a la Casa Blanca, amenazó el lunes con ponerle a México y Canadá nuevos aranceles de 25 por ciento a sus productos para obligarlos a detener el tráfico de drogas, especialmente de fentanilo y el paso de migrantes. Y conociéndolo, más vale creerle que así lo hará y prepararse para los inminentes efectos que tendrá sobre nuestra economía.

Por lo pronto la presidenta Claudia Sheinbaum dio a conocer una carta que le envió a Trump, donde le expone de manera diplomática pero firme que “no es con amenazas ni con aranceles como se va a atender el fenómeno migratorio ni el consumo de drogas en Estados Unidos. Se requiere de cooperación y entendimiento recíproco a estos grandes desafíos”.

“Usted debe estar al tanto también, del tráfico ilegal de armas que llega a mi país desde los Estados Unidos. El 70% de las armas ilegales incautadas a delincuentes en México, proviene de su país. Las armas no las producimos nosotros, las drogas sintéticas no las consumimos nosotros. Los muertos por la delincuencia para responder a la demanda de drogas en su país, lamentablemente los ponemos nosotros”, le refutó la presidenta.

Tiene razón Claudia Sheinbaum, como antes la han tenido muchísimos que pretendieron enfrentarse a Donald Trump con argumentos y datos duros. Lamentablemente para ellos y para nosotros, el próximo presidente de la superpotencia no va a cambiar la fórmula que lo ha convertido en el político más poderoso de su país durante ya casi una década y que lo llevará otra vez al poder a partir del 20 de enero.

Fue una excelente respuesta de la presidenta de nuestro país, pero de poco servirá. Lo mejor será prepararse para subirse a esa montaña rusa que es Donald Trump, porque está de regreso y vuelve recargado.