Ningún cabo suelto

MAÑANA EL PAN renovará su dirigencia nacional, con una elección en la que podrán votar sus 300 mil militantes y elegir entre el candidato Jorge Romero y la candidata Adriana Dávila. Las preferencias, aseguran, se inclinan mayoritariamente por el candidato hombre; cuadros importantes del panismo a nivel nacional le dan su apoyo, aunque otros lo señalan por ser una continuidad de la desastrosa dirigencia nacional de Marko Cortés Mendoza. Ese será su reto en caso de confirmar su triunfo.

En Campeche los cuadros más conocidos del panismo también están alineados con el favorito. Su coordinadora política en el Estado para esta elección es la exdiputada federal, Nelly Márquez Zapata, y también lo apoyan el exdirigente estatal Pedro Cámara Castillo; el exdirigente municipal capitalino José Inurreta Borges; el champotonero “Barón” González Navarrete y el exrepresentante en el Instituto Electoral del Estado, Mario Pacheco Ceballos, entre otros. Hace unos días los antes mencionados se declararon listos para la jornada de mañana, en una fotografía que compartió Pepe Inurreta.

De la candidata Adriana Dávila no se tienen noticias de quien la coordina o la representa en la entidad y la mayoría coinciden en que su participación en la elección será meramente “testimonial”, con escasas probabilidades de victoria.

Aquí se espera la participación de aproximadamente tres mil militantes panistas campechanos que aparecen en el padrón, incluso algunos que en la elección pasada fueron abiertos simpatizantes y operadores por los candidatos de Movimiento Ciudadano, pero que siguen apareciendo en las listas de afiliados activos de Acción Nacional. Los centros de votación se instalarán en los Comités Municipales, para iniciar con la jornada a las 10 de la mañana y cerrar aproximadamente a las cinco de la tarde y a las 10 de la noche se podrían conocer los resultados preliminares. De esta manera, quien resulte ganador entrará en funciones el próximo 19 de noviembre.

Así inicia el panismo con su renovación, tan necesaria ante el fracaso de su alianza con el PRI y el ahora extinto PRD. Sin embargo, sus retos internos no se resolverán con el fin del fracasado mandato de Marko Cortés.

Por ejemplo, en Campeche se sabe que muchos de sus cuadros tienen un pie en el partido y otro con los naranjas de MC o con los guindas de MORENA, e incluso por ahí siguen abanicando la malograda unión con algunos expriistas. A esos su nueva dirigencia tendrá que convencerlos de que todavía hay un panismo que puede recuperar la mística del partido opositor que fue, para volver a ganar elecciones y regresar al poder. En este momento algunos podrían verlo como misión imposible, con un partido en el poder que cada día crece en su hegemonía, pero esa, por cierto, tampoco es una historia desconocida para los panistas.