Escrito por NCS Diario el noviembre 8, 2024
Plan Campeche: Que 30 años no es nada
Inosente Alcudia Sánchez
Ha sido inevitable evocar el gobierno de don Abelardo Carrillo Zavala ahora que, en su reciente visita, la presidenta Claudia Sheinbaum anunció la implementación del “Plan Campeche”, homónimo del Plan Estatal de Desarrollo del sexenio de Concordia. Según lo reportado en la prensa, este nuevo Plan guarda un notable parecido con la política agropecuaria de aquella época, cuando nuestro Estado destacó a nivel nacional por iniciativas como el proyecto arrocero del Bajo Usumacinta y el impulso a la producción lechera. Con la perspectiva que dan más de tres décadas de su conclusión, uno puede apreciar la importancia que ha tenido ese sexenio en la vida institucional de la entidad. De eso tratan estos apuntes: una brevísima exploración de cómo el legado del sexenio de Concordia sigue vigente en nuestras instituciones.
Coherente con los cambios que se sucedían en el Gobierno Federal, la administración pública de Campeche profundizó su transformación en el periodo 1985-1991. Durante ese sexenio, a nivel nacional, se sentaron las bases del proceso de modernización de la vida pública que culminaría en la instauración del régimen político y económico neoliberal. La apertura comercial, iniciada con el gobierno de Miguel de la Madrid y consolidada bajo el mandato de Carlos Salinas con la firma del TLCAN, fue el aspecto más conocido de ese periodo; sin embargo, el sector público también experimentó una intensa descentralización y desregulación, lo cual exigió cambios importantes en la estructura gubernamental, tanto en su marco jurídico como en su organización institucional.
Desde el inicio, el Gobierno de Abelardo Carrillo Zavala emprendió su reorganización, dando lugar a una administración pública robusta que fue el instrumento para materializar la visión política que quedó plasmada en el “Plan Campeche”, el documento rector del llamado sexenio de Concordia. Con la emisión de la primera Ley Orgánica de la Administración Pública del Estado de Campeche, publicada el 22 de noviembre de 1985, se establecieron los fundamentos básicos sobre los que ha operado el Poder Ejecutivo estatal hasta la actualidad. Así, a pesar de que el país enfrentaba problemas financieros en aquel momento, el gobierno estatal expandió su estructura administrativa y emprendió una serie de programas y proyectos que requerirían respaldo presupuestal del Gobierno Federal para su ejecución.
Forjado en el sector obrero y, sin duda, experto en las lides de la negociación, Abelardo Carrillo Zavala fue un gestor eficaz ante los tecnócratas de la Secretaría de Hacienda, logrando para el Estado una asignación creciente de recursos federales y de la paraestatal PEMEX. Durante su gobierno, se creó la Comisión para el Desarrollo de las Zonas Petroleras (CODEZPET), un mecanismo de coordinación interinstitucional mediante el cual PEMEX asumió sus responsabilidades sociales con las comunidades afectadas por sus actividades.
La creación del COPLADECAM fue fundamental, ya que en el marco de este organismo colegiado se lograron conciliar las políticas nacionales con los objetivos locales: en su seno se negociaba y aprobaba el Convenio Único de Desarrollo (CUD), un instrumento jurídico-político que reunía tanto las transferencias económicas federales como las aportaciones estatales, para ejecutar proyectos de gran impacto en los que coincidían los intereses de ambos órdenes de gobierno.
Es posible que don Abelardo haya sido el último gobernador en revisar y leer con acuciosidad sus informes de gobierno, lo cual le permitía conocer en detalle el funcionamiento de prácticamente todas las áreas sustantivas de la administración estatal. Durante su mandato, operaba una Comisión redactora del informe, lo que evidencia el valor que el mandatario otorgaba a la rendición de cuentas. Esta Comisión se nutría del seguimiento estadístico y de la evaluación de resultados efectuados por el COPLADE, además de llevar un registro permanente del quehacer gubernamental.
Don Abelardo Carrillo Zavala fue un creador de instituciones. Durante su gestión se fundaron el Instituto de Cultura, el Instituto de Vivienda, el Instituto de la Juventud y del Deporte; el COBACAM y el ISSSTECAM. Aunque muchos asocian su gobierno con la política social, especialmente en el ámbito de vivienda, lo cierto es que también realizó aportes significativos al desarrollo económico estatal. Además del apoyo al campo, emprendió el cultivo experimental de camarón en la costa de Tenabo, fortaleció la difusión turística de Campeche, formuló el primer Programa estatal de turismo y promovió el aprovechamiento de nuestras playas. En colaboración con la, entonces, SECOFI, elaboró el primer programa estatal de desarrollo industrial, el cual fue, incluso, retomado por otros estados. Entre sus líneas de acción se incluían la construcción de la autopista Campeche-Champotón y el desarrollo del puerto de Seybaplaya. También, comenzó la tarea de atraer inversiones foráneas que favorecieran a la economía local. De este modo, durante el sexenio 1985-1991, Campeche alcanzó un crecimiento promedio del PIB del 3% (con excepción de 1986, cuando se registró un decrecimiento respecto al año anterior), de acuerdo con datos del INEGI.
Como suele suceder, cada gobierno posterior ha enfatizado sus propias prioridades en esta ruta de constantes recomienzos que caracteriza nuestra historia política. Y es que el desarrollo es un proceso permanente, como una escalera a la que cada gobierno va agregando un escalón. Y un escalón relevante fue el andamiaje institucional legado por el gobierno de la Concordia -que aún prevalece-, y, más de 30 años después, el nuevo Plan Campeche suena como una especie de eco que recupera la pertinencia de aquellas políticas públicas.