Ningún cabo suelto

CON GRITOS, manoteos y demás desfiguros en el Senado de la República hicieron su show el jueves pasado el senador y dirigente nacional priista, Alejandro Moreno Cárdenas y el presidente de la mesa directiva, Gerardo Fernández Noroña, del Partido del Trabajo, aliado de Morena.

Puro circo y política de payasos, porque así nada se resuelve y, aunque hagan como que se pelean, entre morenos y priistas se siguen “ayudando”, como en la más reciente aprobación de la Reforma llamada de la Supremacía Constitucional que cancela cualquier impugnación contra las reformas a la Carta Magna, aprobada en la Cámara Alta gracias a que la senadora priista Cinthya López Castro abandonó la sesión y no ejerció su voto. Al otro día renunció al PRI, acusando un linchamiento en su contra y ahora dicen que llevaba tiempo coqueteando con el partido guinda.

Regresando al lamentable espectáculo que protagonizaron el exgobernador de Campeche y Noroña, se puso peor porque dos mujeres se involucraron en el pleito: la senadora campechana del PRI y vicepresidenta del Senado, Karla Toledo Zamora y la de Morena, Lucía Trasviña, cuando esta última subió a la Mesa Directiva para interponerse entre Alito y Fernández Noroña, al mismo tiempo que se jaloneaba con la legisladora de Campeche y hasta amagó con pegarle un codazo a Karla Toledo.

Vergonzosa y reprobable esta nueva escenificación, de lo más bajo que se puede ver en la política. Mientras el país va rumbo a una crisis constitucional, nuestros representantes siguen demostrando que lo mejor que saben hacer es actuar como unos “porros”.