Ningún cabo suelto

A LOS DIPUTADOS les gana el populismo, el protagonismo en algunos casos y en otros de plano son irresponsables. La semana que recién concluye el grupo parlamentario de MORENA, a través del diputado Carlos Ucán dio a conocer una iniciativa para hacer nuevos municipios a las Juntas Municipales de Bécal, perteneciente a Calkiní y de Pomuch correspondiente a Hecelchakán. Su objetivo, indicó Ucán, es “que reciban las Juntas el dinero que por justicia les corresponde”.

¿Qué habremos hecho los campechanos para merecer a estos legisladores y su demagogia?

Si realmente quieren mejorar la situación de las Juntas, figura que por cierto solo existe en un par de Estados de la República, las pueden fortalecer jurídicamente con una revisión puntual de la Ley Orgánica de los Municipios del Estado, que las reconoce en el papel como autoridades auxiliares de los ayuntamientos, estipulando sus facultades, incluyendo la prestación de algunos servicios públicos.

Para que reciban lo justo no tienen que convertirlas en Municipios. En el Congreso del Estado tienen la facultad para aprobar las leyes de ingresos de los ayuntamientos cada año y para ello deben comparecer ante el Legislativo las y los presidentes municipales, ¿qué mejor momento y oportunidad para gestionar y abogar por más recursos para las Juntas en beneficio de sus pobladores?

En realidad, las razones de querer conformar nuevos Municipios siempre son políticas y son usadas como gancho para ganar elecciones en esos territorios.

Ya ha ocurrido antes y el resultado final es un fiasco, porque poco o nada mejoran los servicios ni la infraestructura para beneficiar a sus habitantes. Tenemos ejemplos del pasado y en el presente de que solo han servido para encumbrar a más políticos privilegiados, que le dan rienda suelta al derroche en los así creados gobiernos Municipales y Cabildos.

SE TUVIERON noticias desde la vecina ciudad de Mérida, de que al exvocero del Gobierno del Estado en el sexenio de Alito Moreno, Walter Olivera Valladares, se lo “sonaron” en un conocido colegio de la capital yucateca y quién le acomodó las ideas -pocas que le dan vueltas en su gran cabeza- fue David Uribe Haydar, el exdirector de la Administración Portuaria Integral que al parecer se la tenía “jurada” al yerno incómodo del exgobernador Aysa, quien ya sin los guaruras que lo acompañaban el sexenio pasado, quedó a merced de la ira del púgil champotonero. Casi fue un “nocaut” nos aseguran.