Ningún cabo suelto

GRADUADO EN traición con mención honorífica, oportunista y experto en lucrar con los colores que estén de moda, ayer lo confirmó otra vez. Así como cuando dejó el PRI donde siempre estuvo bien acomodado, para de ahí brincar a la mata del PAN en la época de Felipe Calderón -el expresidente que tanto aborrecen en la 4T- y mantenerse como privilegiado asesor en el sexenio de Peña Nieto.       Hizo su aparición en el Ayuntamiento de Campeche, donde sin ningún problema se puso los tenis “fosfo fosfo” para hacerle la barba a Eliseo y luego a Biby.

En el gobierno municipal de MC a José Luis Llovera Abreu lo nombraron flamante director de Desarrollo Urbano y Obras Públicas, aunque nunca se supo que obra gestionó, o que le haya aportado algo a la capital del Estado que vive de sus peores épocas en ese rubro. Por el contrario, las quejas de los ciudadanos en esa área han crecido como nunca.

A propósito circula un interesante video donde la secretaria de Bienestar, Liz Hernández, le recuerda a la presidenta municipal, Biby Rabelo, todo lo que el Municipio no ha hecho, trabajos que son obligación del Ayuntamiento y responsabilidad del área que administraba Llovera, de quién se tuvieron noticias ayer porque dejó tirada la casaca naranja para vestirse ahora de guinda y asumir un cargo de primer nivel en la Secretaría de Desarrollo Urbano, Movilidad y Obras Públicas del Estado: “Al Municipio de Campeche se le destinaron 800 toneladas de asfalto y lo puedo comprobar, como parte del convenio PEMEX-Gobierno del Estado, que fueron aplicados por la Secretaría de Desarrollo Urbano, Movilidad y Obras Públicas en acciones de bacheo para atender lo que el Ayuntamiento dejó de hacer por omisión e irresponsabilidad. Muy lamentable que en un afán de justificar las obras que no han podido realizar y su falta de resultados quieran responsabilizar a la Secretaría de Bienestar”, indicó la funcionaria exhibiendo los pretextos del gobierno de la capital.

Un consejo gratuito para el encargado de despacho de la SEDUMOP, Bernhard Rehn, a quien le recomendamos que investigue bien al alacrancito que lleva ahora en su espalda.