Mayoría minimizada

Dirán misa, pero en la 65 Legislatura del Estado de Campeche pese a estar integrada en su mayoría por mujeres, quienes mandan son los varones. La historia se ha repetido una y otra vez. La diferencia es que la mayoría de las curules la ocupaban hombres.

Sin embargo, en las tres recientes Legislaturas el número las diputadas superó al de los diputados, imponiéndose aun así el patriarcado, sin que las mujeres alcen la voz, impongan esa mayoría y den el salto. Y conste, las hay muy capaces, con la preparación suficiente para dirigir y decidir.

¿Dónde quedó la equidad de género de la que tanto se habla en los discursos?

Precisamente en las palabras, porque en los hechos, la resistencia prevalece y el avance es lento pese a que Campeche por primera vez tiene gobernadora y México, presidenta de la República. Se niegan quienes tienen el poder y quienes dirigen los partidos a ceder, a abandonar sus intereses, a poner en riesgo sus privilegios.

Pero ¿qué tal los discursos donde exaltan la labor de las féminas?

¿Qué tal cuando se trata de poner listones de color naranja, rosa o morado?

¿Qué tal cuando de iluminar los edificios públicos se trata?

Nada, absolutamente nada, de lo anterior sirve, tiene alguna validez e importancia, si los patriarcas se mantienen aferrados al poder, sin ceder en realidad un ápice, aunque quieran aparentar lo contrario.

Podría argumentarse que la Ley Orgánica del Congreso reza que serán los coordinadores de las bancadas de los partidos allí representados, quienes integrarán la Junta de Gobierno y Administración, ni así convencen o tienen la razón.

Primero porque en cada bancada hay mujeres. Para ser precisos la LXV Legislatura del Congreso del Estado de Campeche la integran 18 damas y 17 hombres.

Segundo porque esas bancadas, para ir acorde a los nuevos tiempos, bien pudieron designar como sus coordinadoras a mujeres, pero no, se impuso con todo el machismo a pesar que en el caso de Morena dominan, se los recordamos de nuevo con presidenta de la República, gobernadora y dirigente nacional. Aun así, repitió Antonio Jiménez Gutiérrez.

En el caso de Movimiento Ciudadano, salvo la alcaldesa Biby Rabelo de la Torre, no tiene en los cargos de toma de decisiones y está claro que no les interesa. Y pusieron a quien recién salió del Partido Revolucionario Institucional y le debe todo a Alejandro Moreno, dirigente nacional del PRI y a Carlos Miguel Aysa González, exgobernador de Campeche, Pedro Armentía. No les importó desplazar a mujeres como Mónica Montufar e Hipsy Estrella, con experiencia legislativa.

Y finalmente, a la única mujer en la bancada del PRI, Delma Rabelo Cuevas, también la hicieron a un lado.

Así las cosas en este Estado, donde se sigue quedando a deber, donde la equidad de género es una bonita frase, pero hasta ahí.