Escrito por NCS Diario el octubre 1, 2024
La delgada línea
Testigos de la historia
Roberto Oropeza
Hay sucesos que con el paso del tiempo se logran valorar por su importancia y trascendencia. Sin duda así será para quienes ayer tuvimos la oportunidad de vivir la toma de posesión de la primera mujer presidenta de la República Mexicana. A nuestro país le han llegado tarde muchas cosas, hasta hace algunos años la equidad de hombres y mujeres en la vida económica, la política y el Gobierno, era una de estas.
Gracias a que millones de mexicanas no abandonaron la lucha por la igualdad, a la fuerza de sus argumentos, a su capacidad, talento y organización, se abrieron espacios en todos los ámbitos donde antes las puertas estaban cerradas, nadie les regaló nada, no lo lograron por amables concesiones ni el camino fue fácil. En ese tránsito muchas han sufrido violencia, pero tampoco eso las detuvo y seguramente no las detendrá.
Por supuesto que siguen existiendo contra ellas mucho machismo, discriminación y ataques, sobre todo en la política donde la lucha por el poder es muchas veces cruda y saca lo peor de todo el mundo, incluso ahí lo que hemos visto es que algunos de los peores actos en su contra provienen algunas veces de otras mujeres, aunque afortunadamente cada vez es menos frecuente gracias a la protección de la ley y de los tribunales, pero pasa.
No olvidemos tampoco a las que han dado su vida en la política. Para no ir tan lejos recordemos que la elección de 2024 inició con las imágenes de la impactante ejecución de una candidata de MORENA en Celaya, Guanajuato, durante su primer acto de campaña, pero no solo son los hechos de sangre como aquel funesto crimen; muchas candidatas son intimidadas y amenazadas ellas y sus familias, pero lamentablemente no lo denuncian, porque en algunos Estados hacerlo significa ponerse un blanco en la espalda. Aunque esta violencia por supuesto no es solo contra las mujeres candidatas, también ocurre contra los hombres. Sin embargo, está visto que cuando una mujer denuncia muchas veces queda en una condición más vulnerable que antes y en la mayoría de los casos son revictimizadas.
Por eso ayer, desde la Cámara de Diputados, ante el Congreso General y frente a toda la Nación, la voz de una mujer resonó con más fuerza y dejó más eco que las de sus 65 antecesores hombres; tuvieron que pasar 200 años de la República para tener una presidenta y Comandante de las Fuerzas Armadas. Pero además esta es la mandataria más votada en la historia reciente de México. Obtuvo en las elecciones del 2 de junio, 35 millones 924 mil 519 votos, lo que representó el 59.76 por ciento del total de la votación; 32 puntos por encima del segundo lugar.
Así lo dijo: “Hoy, 1º de octubre de 2024, inicia la segunda etapa: el Segundo Piso de la Cuarta Transformación de la Vida Pública de México y también hoy, después de 200
años de la República y de 300 años de la colonia, porque previo a ello no tenemos registros claros, es decir, después de al menos 503 años, por primera vez, llegamos las mujeres a conducir los destinos de nuestra hermosa nación. Y digo llegamos, porque no llego sola, llegamos todas”.
“Llegan ellas, las que soñaron con la posibilidad de que algún día no importaría si naciéramos siéndonosla mujeres u hombres, podemos realizar nuestros sueños y deseos, sin que nuestro sexo determine nuestro destino. Llegan ellas, todas ellas, que nos pensaron libres y felices”.
Se describió como madre, abuela, científica y mujer de fe, a la que la voluntad popular llevó a convertirse en presidenta constitucional.
Hay ocasiones en las que sobran los análisis políticos y momentos en los que simplemente hay que aceptar que estamos siendo testigos de la historia, ayer fue uno de estos y ojalá por el bien del país, que Claudia Sheinbaum tenga una presidencia que además de histórica sea exitosa donde otros han fallado.