Escrito por NCS Diario el agosto 30, 2024
Así las cosas…
Más áreas protegidas que no se protegen
Hay que reconocer que en el Gobierno de Andrés Manuel López Obrador se decretó la mayor superficie de áreas naturales protegidas en nuestro estado. De tal suerte que hoy en día tenemos en este estatus un corredor de bosques y selvas que abarcan los Municipios de Hopelchén, Calakmul y Champotón, además de la Laguna de Términos y Los Petenes, a la que se va a sumar en septiembre cuatro millones de hectáreas de arrecifes de coral en Yucatán y Campeche, más de este lado.
Paradójicamente también en este sexenio se han dirigido menos recursos económicos y humanos a la preservación y conservación de la flora y la fauna. Esto es, en el papel y los decretos protegen; en las acciones nos quedan a deber. Los datos recién proporcionados por la secretaria de Medio Ambiente y Recursos Naturales, María Luisa Albores, en su reciente visita a la Entidad, lo exhibe:
La superficie forestal de la Entidad (4.3 millones de hectáreas) está amenazada por la frontera o la actividad agrícola y al amparo de la ilegalidad se han transformado los terrenos en pastizales y tierras de cultivo.
Si nos vamos a los números, de 2001 al 2022 se deforestaron 545 mil 459 hectáreas, lo que equivale a 24 mil 794 hectáreas por año, según datos proporcionados por la funcionaria federal durante una rueda de prensa celebrada en el palacio de gobierno esta semana.
Otro dato, que muestra lo que se ha dejado de hacer en este rubro: de 2019 a la fecha, el Estado de Campeche es el primer lugar en materia de deforestación, sea por el cambio de uso de suelo o por la tala ilegal.
No se circunscribe al tema forestal lo que se ha dejado de hacer, la tarea pendiente y responsabilidad incumplida por parte del gobierno federal y que tiene en una situación crítica los bosques, pero también varias especies marinas.
A propósito de la temporada de captura que inició el uno de agosto, estudiosos, investigadores y pescadores advierten del riesgo de extinción del pulpo. Sí, leyó bien: al borde de desaparecer y la causa principal es la pesca ilegal, principalmente el buceo.
Se ha llegado a esta crisis severa por la falta de vigilancia, porque la Comisión Nacional de Pesca, el Instituto de Pesca, la Secretaría de Marina y demás instituciones y organismos involucrados en el sector han dejado de hacer, de proteger y de cumplir con su labor, bajo el argumento de que no tienen personal, ni les asignan presupuesto. Dicho en la jerga marina: nadan de muertito todos, no quieren salir de su zona de confort.
Y, por supuesto, mucho tienen que ver la falta de conciencia de pescadores a quienes se les ha hecho fácil y redituable lo ilícito. ¿Para qué compran lancha, carnada, alijo, gasolina y la jimba, si literalmente capturan a sus anchas, sin preocupación, sin autoridad que se lo impida y obtienen mayores ganancias con el equipo mínimo de buceo? Tienen el acompañamiento de permisionarios, dueños de congeladoras y restaurantes, entre otros, que adquieren el octópodo, sabedores del daño que están patrocinando, de los delitos que están cometiendo, que les tienen sin cuidado, porque lo que les importa es que la caja registradora suene y siga sonando.
No basta, no es suficiente, proteger con un papel.