Defenestración del Poder Judicial, misión cumplida para AMLO

Roberto Oropeza Ortiz

En estos momentos miles de trabajadores del Poder Judicial de la Federación, junto con cientos de magistrados y jueces federales se encuentran en una suspensión de labores indefinida, un paro al que están recurriendo como uno de sus últimos recursos para que la mayoría legislativa de la 4T detenga la reforma constitucional judicial, cuyo objetivo en resumen es destituir a ministros, magistrados , jueces y funcionarios judiciales, que provienen en su gran mayoría de una carrera judicial con base en evaluaciones, para sustituirlos por unos nuevos que surgirán designados por votación popular.

En Campeche, este miércoles se están sumando decenas de trabajadores judiciales junto con jueces y magistrados, pero desde el lunes en más de 15 entidades del país miles de personas de la base trabajadora de este Poder federal tomaron y cerraron las instalaciones de los juzgados con sus sedes administrativas.

En sus manifestaciones aseguran que la reforma es nociva en los términos que está planteada, además de que no fueron escuchados en ninguno de los foros, aquí en el Estado, por ejemplo, cuando MORENA organizó un evento hace algunas semanas para difundir la reforma, que contó con la presencia de la ministra de la Corte, Lenia Batres, efectivamente invitaron a algunos representantes del Poder Judicial Federal en la Entidad. Sin embargo, en ningún momento contemplaron la posibilidad de que estos pudieran intervenir para expresar su sentir y dar sus apreciaciones sobre el tema, por el contrario, escucharon como en la mayoría de las exposiciones, se usaban argumentos generalizantes donde se les tachaba de corruptos o de estar al servicio de la delincuencia organizada y de los delincuentes de cuello blanco. No fue para nada un espacio para dialogar o escuchar a las partes, sino más bien un juicio sumario duro e ideológico, como el que llevó a cabo el partido mayoritario en todas esas reuniones que organizó en el país para dar a conocer la propuesta del presidente de la República.

Y desde aquí hay que partir para entender el momento, porque lamentablemente para todos esos funcionarios con carrera judicial, donde seguramente hay muchos buenos profesionales, aunque otros no lo sean tanto, hoy el presidente tiene los números a su favor y a su coalición de partidos encabezados por MORENA, a un paso de que les confirmen la mayoría calificada en el Congreso, listos para proceder de acuerdo a lo que les indica la ideología del fundador y líder de su movimiento político y de su partido, que hoy concentra más poder que nunca, porque además de todo logró el triunfo en la sucesión presidencial como no se veía desde los tiempos del viejo PRI.

El fondo ideológico de la reforma que se propone, lo hemos escuchado durante todo el sexenio en la mañanera, ha sido desde el principio de su Gobierno y lo es hasta este momento final, una de sus doctrinas preferidas. Para él este Poder Judicial no tiene salvación posible y en consecuencia no hay manera de que quienes lo encabezan puedan ser exorcizados para sacarles del cuerpo los demonios que los poseen y lo dijo ayer otra vez es “un sistema judicial entregado por entero a una minoría rapaz, un sistema judicial caracterizado por la corrupción”; tampoco importa si lo mismo pasa en el Poder Ejecutivo donde por supuesto que tampoco se acabó la corrupción, ni en el Legislativo donde siguen habitando los peores especímenes de la política mexicana. Ahí ya nadie se le resiste y por eso mismo el destino del Poder Judicial está sellado.