Escrito por el agosto 14, 2024

Cuestiones actuales en torno al sentido de la vida

Entrevista a José Ramón Ayllón Vega, filósofo y escritor humanista

  1. ¿Por qué habla constantemente de los clásicos?

Porque son mis mejores amigos. Cualquier persona tiene derecho a conocer lo mejor que han dicho los mejores.

Los clásicos son los mejores, no porque lo decida una academia, sino porque en la votación implícita de los siglos, todo mundo ha dicho “este es el mejor”: Homero, Platón, Sócrates, Séneca, Marco Aurelio, y así hasta nuestros días. Los clásicos, además, comprenden muy bien la complejidad del ser humano, nadie se entiende perfectamente a sí mismo. Shakespeare hace decir a Hamlet que el hombre tiene mil conflictos por la herencia de la carne. Es una forma excelente de explicar esa complejidad. Jorge Luis Borges, escritor argentino más actual, dice: Para mí soy un ansia y un arcano (misterio), una isla de magia y de temores. Hace una explicación perfecta de lo que es el misterio humano porque domina la expresión escrita. Es una delicia disfrutar con estos grandes hombres.

  1. ¿Cómo puedo ser feliz, o encontrar la felicidad?

Es una pregunta que todo ser humano se hace; es un objetivo universal. Julián Marías ha dicho que “la felicidad es un imposible necesario”. Necesario porque no podemos vivir sin tender hacia ella, queremos conseguir un poco de felicidad; sin embargo, es un “imposible” porque nunca la conquistamos plenamente y nunca llegamos a ella como un estado de vida, aunque tenemos pequeñas ráfagas y eso merece la pena.

Normalmente si preguntas “¿eres feliz” te dicen que no del todo, pero pueden experimentar felicidad de determ inadas maneras o momentos. Aristóteles, en su Ética a Nicómaco explica que algunos afirman que la felicidad está en el placer, pero no es así porque hay placeres que son contraproducentes; otros afirman que está en las riquezas, pero vemos muchos ricos que no son felices; otros ponen su mira en el poder, sin embargo, muchos poderosos viven angustiados, y así sucesivamente. Aristóteles hace la radiografía perfecta de este anhelo humano; sostiene que la felicidad está en la virtud, es decir, en un tipo de conducta excelente que además respeta la verdad, el bien y la belleza.

Todos sabemos que hemos nacido para amar y ser amados; en una vida falta de amor es imposible que haya felicidad, y, si en una vida falta la amistad, lo mismo. Y si en una vida faltan los recursos materiales básicos, tampoco hay alegría. Necesitamos lo básico para vivir dignamente.

Aristóteles añade que además hace falta buena suerte, porque si tienes todo para ser feliz, pero tienes mala suerte, ya no lo eres. Como vemos, la mejor respuesta la dio Aristóteles en el siglo IV a.C.

  1. ¿Qué papel juegan la filosofía y la ética en la vida humana?

La filosofía y la ética juegan un papel imprescindible; y esto hay que subrayarlo, imprescindible como pueden ser la comida y el sueño. Sólo hay una cosa más importante que la vida que es el sentido de la misma. Ese sentido no lo dan las ciencias, pero sí la Ética y la Filosofía, por eso son los saberes más antiguos de la humanidad, son asimismo los saberes que fundan la universidad.

Cuando empiezan las universidades en el siglo XIII, los primeros estudios son filosóficos, teológicos, médicos y jurídicos. Lo son porque el hombre tiene un cuerpo que curar, tiene un alma que salvar, vive en una sociedad que debe ser justa y respetar las leyes, y vive en un mundo difícil de conocer, de allí la necesidad de filosofar. La filosofía te enseña el camino, la necesidad de saber lo que somos, y la Ética conduce a la optimización de la conducta, porque somos libres, pero nuestra conducta puede no ser la mejor de las posibles. De hecho, muchas veces nos equivocamos, entonces la Ética ayuda a que nos equivoquemos menos, te enseña lo mejor que puedes hacer.

  1. ¿Y qué nos dice de la libertad?

El hombre es radicalmente libre La libertad es capacidad de escoger. Las elecciones pueden ser positivas, buenas, enriquecedoras o pueden ser negativas. Podemos escoger mal y acabar en la cárcel o caer en algún vicio. La libertad debe ser educada por la inteligencia, y la inteligencia debe ser iluminada por la Ética. A esa inteligencia, que juzga sobre el bien y el mal, se llama conciencia. Sería de desear que los padres de familia y los profesores enseñen al niño el Decálogo bíblico porque es la mejor forma de educar la conciencia y esa es la mejor guía para la libertad.

  1. ¿Es posible educar la inteligencia y fortalecer la voluntad?

Sí. Son los dos resortes fundamentales de la conducta humana. Un animal se rige por los instintos y por el binomio placer-dolor, así el hombre se rige por sus facultades propiamente humanas: la inteligencia y la voluntad. En el hombre ha muchas más cosas que el placer y el dolor, están la justicia, la belleza, el amor desinteresado, la ciencia, la técnica, la lealtad y el servicio a los demás.

Para eso hay que educar la inteligencia para que no “barra para casa”, para que no se guíe por el egoísmo o la sensualidad. Calderón de la Barca escribía: “En yendo contra mi gusto, nada me parece justo”. La inteligencia tiene que jugar limpio, y discernir: “esto está bien, esto está mal”, “esto es verdad, esto, mentira”. Si no educas la inteligencia –si no lees correctamente la realidad- te pueden engañar, manipular. Hay que leer mucho, pensar mucho, hablar con gente que sabe, y si eso no se hace, cualquier persona brillante te podrá apantallar y engañar.

La manipulación de la opinión pública está al orden del día, los medios de comunicación se han multiplicado.

La voluntad ayuda a emprender. Entre la inteligencia y la acción está la voluntad. Si tienes fuerza de voluntad harás muchas cosas, aunque te cuesten. Hacer el bien supone sacrificio. Cuando hay fortaleza no estamos sujetos a los caprichos de las circunstancias o de la comodidad; harás lo que tienes que hacer. A más inteligencia y más fuerza de voluntad, eres más persona. Si hay menos voluntad eres menos persona.

  1. ¿Qué sentido pueden dar el dolor y el sufrimiento a la vida humana?

La vida es dramática y a veces es trágica. Somos vulnerables en el cuerpo y en el espíritu, entonces experimentamos el dolor en múltiples formas. Hay un dolor del alma al que llamamos tristeza, sufrimiento o depresión. Es complejo porque no es que te duela un miembro. Es importante darle sentido porque sino se sufre doblemente. Es importante encontrarle sentido. Uno de los libros más vendidos en los últimos 50 años es el de Víktor Frankl, un austríaco que sobrevivió al campo de concentración: El hombre en busca de sentido. La falta de sentido descorazona. Si se tiene un “porqué” se puede conseguir un “cómo”; hay muchas cosas que se pueden sobrellevar cuando amas a alguien: la patria, un familiar o a Dios. El dolor no deja de ser un misterio. ¿Qué pinta en mi vida? Si uno es cristiano sabe que Jesucristo sufrió como ninguno. Muchos primeros cristianos murieron mártires y murieron alegremente, porque tenía sentido porque detrás veían la vida eterna, porque el dolor se suma a los méritos de Jesucristo. Él ha querido ir por delante por amor nuestro, y eso pertenece a sus planes, entonces yo estoy tranquilo.

  1. ¿Cómo trascender?

Hay que aprovechar el tiempo. La vida es corta. Hay que poner los propios talentos al servicio de los demás. No es lo mismo vivir en la verdad que vivir en la mentira. A nadie le gusta que le mientan; la mentira es un antivalor. La belleza la tenemos en todo lo que nos rodea, desde el mar, las montañas, los árboles hasta el canto del pájaro. La mecatrónica no es capaz de diseñar un pájaro ni una célula. Las personas son bellas por fuera y por dentro. Todo lo que hagas va a influir en los demás, no tenemos derecho a rebajar, ensuciar o salpicar a los demás.


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