Ningún cabo suelto

EL DESORDEN impera en la ciudad capital del Estado, San Francisco de Campeche.

Los espacios públicos del Centro Histórico están convertidos en tianguis todos los días de la semana. Es lamentable, porque se tardó tanto para remodelarlo, remodelación que por cierto no se termina y ya está invadido por venteros de todo tipo. Es criticable porque la imagen que se proyecta es pésima.

El estacionamiento de San Pedro parece ahora propiedad de los taxistas de Hecelchakán, que se han adueñado de todos los cajones y para terminar la obra recién levantaron un paradero con todo y sillas en la banqueta. Comparten la “propiedad”, eso parece, con un locatario que de la noche a la mañana instaló también su puesto.

San Juan de Dios es una historia similar y la plazuela frente al templo la han convertido en estacionamiento. ¡Qué feo!

En los parques Principal, San Martín y de la Libertad de Expresión ya no hay fotografía para la postal, porque la arquitectura pasó a un tercer plano, ahora las imágenes que abundan son de los toldos.

Lo grave es que no hay autoridad municipal y estatal dispuesta a poner orden, porque perderían el capital electoral que tienen y que quieren seguir aumentado.

Que quede claro: no estamos en contra de que los ambulantes se ganen la vida lícitamente, pero en todo debe existir un orden y en esto caso reina el caos y la anarquía, cortesía del Ayuntamiento de Campeche y del Gobierno del Estado.

Así no se puede.