Escrito por NCS Diario el agosto 9, 2024
Y el Banxico sorprendió
Por un margen de tres votos contra dos, la Junta de Gobierno del Banco de México decidió bajar la tasa objetivo de 11 a 10.75 por ciento, una determinación muy polémica.
Ayer le comentamos que la decisión del Banco de México sería dividida. Y que el fiel de la balanza sería la gobernadora.
Así ocurrió.
Por un margen de 3 votos contra 2, la Junta de Gobierno decidió bajar la tasa objetivo del Banxico, de 11 a 10.75 por ciento.
Es una de las decisiones más polémicas de los últimos meses, pues la reducción se da en un contexto de mayor inflación y –como le comentamos ayer– también de inestabilidad financiera internacional.
Sin embargo, en contra de lo que algunos creíamos, esta reducción no significó un alza del dólar sino, al contrario, una reducción sensible en su cotización frente al dólar.
Fue visible que, en cuanto se comunicó la decisión del Banxico, la paridad se ajustó a la baja.
Teóricamente, si no se hubiera dado esta reducción, quizás la paridad se hubiera fortalecido aún más. Pero no lo sabemos, es una hipótesis.
El dólar se encontraba ayer por la tarde a una cotización de 18.87, poco más de 50 centavos por debajo de los niveles que tuvo el miércoles por la tarde.
Esta circunstancia deja ver una de dos cosas.
La primera es que quizá ya no le estamos entendiendo a la dinámica de los mercados cambiarios, que han modificado su lógica, luego de la decisión de subir las tasas del Banco de Japón y de la erosión del carry trade que, de acuerdo con JP Morgan, ya se borró en un 75 por ciento.
La otra posibilidad es que Banxico esté viendo atributos del mercado que la mayoría no supimos anticipar.
No lo sé.
Pero hay que decir también, ya le anticipábamos, que la determinación sería polémica.
La mayor parte de las instituciones encuestadas por Citibanamex consideraban que el ajuste sería en septiembre, pero no estaba tan distante el número de quienes pensaban que el ajuste sería este mismo mes.
Hubo sorpresa para el consenso del mercado, pero algunos intermediarios muy influyentes consideraban que la baja era inminente.
La polémica respecto a la relevancia de la inflación subyacente respecto a la inflación general no es algo nuevo.
Hace tres lustros, un subgobernador del Banxico me dijo alguna vez que no entendía esa división.
Para los ortodoxos, la inflación era la inflación, y como decían los monetaristas clásicos, siempre era un fenómeno monetario.
Pero en la época reciente, los bancos centrales en el mundo tienen índices a los que atienden más. La Reserva Federal observa el PCE (índice de precios al consumo), y Banxico a la inflación subyacente.
La diferencia de percepciones y analistas persiste.
Obviamente, estas decisiones tan polémicas desatan controversias intensas, adentro y afuera del Banxico.
Teníamos ya varios años en los que no se presentaba una decisión tan dividida en la Junta de Gobierno.
Así que no sorprende que la polémica sea fuerte.
Hay quienes piensan que el Banxico cometió un error muy grande al bajar las tasas.
Otros dicen que fue una decisión acertada, en función de las variables objetivas de la economía.
El hecho es que, en contra de muchos temores –yo lo temía–, no propició una situación especulativa en materia de paridad del peso frente al dólar, sino que incluso generó una reacción positiva de nuestra moneda, como ya le comentaba.
La historia es compleja. Cuando pareciera haber decisiones plenamente justificadas, al paso de los años, resulta que no lo eran, por las ilusiones colectivas de las que no son inmunes los bancos centrales.
A veces, cuando pareciera que una decisión se sale de parámetros, resulta que el paso del tiempo la valida y le da sustancia.
Veremos en un futuro no muy distante la trascendencia de esta determinación de la mayoría de la Junta del Banxico.