Escrito por NCS Diario el agosto 2, 2024
La cada vez más grave e insoluble crisis de los opiáceos en EEUU
Por Eduardo Ruiz Healy
El reciente memorando del presidente Joe Biden, titulado “Priorizar la disrupción estratégica de la cadena de suministro de fentanilo ilícito y opioides sintéticos a través de un esfuerzo coordinado de todo el gobierno basado en información”, marca un enfoque renovado y más integral en la lucha contra la epidemia de opioides en Estados Unidos. Biden busca reforzar la colaboración interna entre diversas agencias gubernamentales de su país y subraya la importancia de la cooperación internacional, destacando el papel crucial que México jugará en esta estrategia. El establecimiento de un Comité Trilateral de Fentanilo con México y Canadá ejemplifica este esfuerzo.
El problema del consumo de opioides en EEUU se volvió significativo durante el gobierno de George W. Bush (2001-2009). La respuesta de su gobierno se centró en la aplicación de la ley y la cooperación internacional, incluyendo la Iniciativa Mérida para combatir el tráfico de drogas con México. A pesar de estos esfuerzos, las muertes por sobredosis aumentaron significativamente de 6.2 por cada 100,000 habitantes en 2000 a aproximadamente 12.4 en 2009. La dependencia excesiva en la criminalización marcaron una década de aumento constante en las muertes por sobredosis.
Barack Obama(2009-2017) heredó una crisis creciente. Su gobierno implementó la Ley Integral de Adicción y Recuperación (CARA) y la Ley de Curas del Siglo XXI, que expandieron el acceso al tratamiento y proporcionaron fondos sustanciales para las respuestas estatales a la crisis de los opioides. Sin embargo, a pesar de estos esfuerzos, las muertes por sobredosis aumentaron de 16.7 por cada 100,000 en 2010 a 23.7 en 2016. El auge de los opioides sintéticos, particularmente el fentanilo, complicó aún más la situación.
Donald Trump (2017-2021) adoptó un enfoque agresivo, dedicando más fondos y aprobando el paquete legislativo más grande en la historia para abordar la crisis de drogas. Además, las medidas de seguridad fronteriza se intensificaron, resultando en incautaciones sustanciales de fentanilo y otros opioides. Sin embargo, la pandemia de COVID-19 exacerbó la crisis y en 2019 la tasa de muertes por sobredosis alcanzó 28.3 por cada 100,000 habitantes.
El presidente Biden (2021-2025) ha adoptado un enfoque integral y basado en datos para abordar la crisis. Su reciente memorando enfatiza la disrupción estratégica de la cadena de suministro de fentanilo y opioides sintéticos mediante un esfuerzo coordinado de todo el gobierno. Además, su Plan de Rescate expande el acceso a servicios de salud mental y trastornos por uso de sustancias.
A pesar de los esfuerzos de cada administración, la crisis de los opioides sigue siendo un desafío monumental y las muertes por sobredosis han aumentado alarmantemente desde 2000, de 6.2 por cada 100,000 habitantes a 32.7 el año pasado.
La crisis es cada vez más grave y hasta ahora no tiene solución. Se requiere, antes que nada, que los gobiernos reconozcan que, sobre todo, se trata de un problema de salud pública. Luego aplicar diversas estrategias, desde la seguridad fronteriza, la cooperación internacional y la expansión del acceso al tratamiento para los adictos. En suma: un enfoque holístico y adaptable que trascienda gobiernos y partidos políticos.
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