Noroña

Literalmente el “compañero presidente” Andrés Manuel López Obrador bateó a Gerardo Fernández Noroña, cuando reclamó el lugar que le corresponde o correspondía en la administración que inicia el uno de octubre y que encabezará la primera presidenta de México, Claudia Sheinbaum Pardo.

Dolido porque no lo habían tomado en cuenta luego de darse a conocer que Ricardo Monreal coordinará la bancada de diputados y Adán Augusto, la de Senadores, a pesar de que ambos quedaron debajo de él en la elección interna del candidato a la Presidencia de la República de la alianza Morena, PT y Verde. Y conocido de que Marcelo Ebrard fue nombrado secretario de Economía, el petista explotó.

Lo hizo con el argumento de que fue un acuerdo al que llegaron en la famosa cena en el restaurante de la librería “Porrúa” que encabezó el huésped de Palacio Nacional y recordando el papel que jugaron Ricardo Monreal y Marcelo Ebrard antes, durante y posterior al proceso interno.

“Es incorrecto que digan que los acuerdos se cumplen y se hagan maromas para no cumplirlos”, declaró el petista y la respuesta le llegó muy temprano, desde el atril de la Mañanera, afirmando el presidente López Obrador que era válido solo para las “corcholatas” de Morena.

Por su parte la presidenta electa expresó que el pueblo quiere mucho a Gerardo, ha jugado un gran papel en el movimiento y lo buscaría para platicar. Lo hicieron el jueves de esta semana última de junio y de la reunión salió muy contento, con una propuesta que dijo analizaría y adelantó que el “cargo más importante” que obtuvo esa tarde es la comunicación permanente con ella.

Por la mañana había reprochado que va a terminar el sexenio y no fue invitado al despacho del mandatario y acusó que es “inconcebible que el compañero presidente sostenga que los acuerdos sobre las responsabilidades a asumir dependiendo del lugar que se obtuviese durante el proceso interno eran solo para los compañeros de Morena. No se da cuenta, o no quiere ver, que con ello descalifica a los partidos aliados y a su militancia. Y que pone por encima del pueblo de México y de nuestro movimiento, a la militancia de Morena. Es un despropósito y una incongruencia monumental que en un movimiento que se caracteriza por la igualdad de los derechos de todas las personas y cuyo lema es ‘por el bien de todos primero los pobres’, pretenda ahora plantear que hay militancia de primera y de segunda”. ¡Sopas!

Cerró diciendo que a los principios de “no mentir, no traicionar y no robar”, deben sumar “no simular y no claudicar”.

Noroña hizo ruido, lo bateó el presidente, lo lincharon durante horas al estilo de los seguidores de Morena, como lo hicieron en su momento contra Monreal y Ebrard, pero logró su objetivo: que lo voltearan a ver.

Y también quedó claro que el estilo de hacer política de Claudia Sheinbaum, es diferente a quien le cederá la banda: no se pelea, suma.