Escrito por NCS Diario el mayo 26, 2024
NCS DIARIO/GENTE
Palabras pronunciadas por el Lic. Manuel Lanz Cárdenas durante el acto de recepción del Premio “Justo Sierra Méndez”
EXCELENTÍSIMA SEÑORA LAYDA SANSORES SAN ROMÁN,
GOBERNADORA CONSTITUCIONAL DEL ESTADO:
PRESTIGIADOS MIEMBROS DEL COMITÉ CÍVICO ESTATAL:
AUTORIDADES EDUCATIVAS, CIVILES Y MILITARES:
QUERIDOS FAMILIARES Y AMIGOS QUE TUVE LA SUERTE EL DESTINO DISPUSIERA EN MI OBSEQUIO:
MUY DISTINGUIDA CONCURRENCIA ::
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En 1962 conmemoramos el 50 aniversario del fallecimiento de este Prócer de la humanidad. en la Escuela Industrial y comercial Justo Sierra Méndez: y me distinguieron como MANTENEDOR del acto: siempre he sido apasionado de Campeche y la pléyade de campechanos y campechanas en la que sobresale este insigne educador de la humanidad: desde niño dos extraordinarias maestras formaron nuestras ideas, reconociendo a nuestros más significados y valiosos antecesores: me es sumamente grato citarlas en esta importante audiencia: Elia Sosa de Quintana y Eglantina Sales Guerrero. Ambas que en 1º y 2º grado iniciaban sus clases narrándonos el porqué del sobrenombre de Campeche “Atenas del Golfo”. Contaban orgullosas la vida y obra de la multiplicidad que en la cultura y el arte nos encumbraron a México y América en la ilustración del mundo: Pero como en esa ocasión recurrí ayuda para mi mensaje a mi notable compañero y culto amigo el maestro Guillermo González Galera: Él me aconsejó que cuando tuviese algo muy importante que decir, lo iniciase recitando estrofas del “ALEGRO HEROICO”. Por eso permítanme, hoy y aquí hacerlo:
Toda el alma hecha música
En la fronda del viento;
La carne es un himno de células
Transformado en canción;
En un vuelo de cóndores
Va tendido el pensamiento;
En un clangor pindárico
Desatado el acento;
Y en un círculo de Ilíadas
Sembrado el corazón.
Así, todo sonoro y palpitante,
Me llego hasta la mina del instante,
Cuyas vetas deflagran su tesoro;
En un vasto relámpago de oro
Que echa a volar las lumbres del diamante.
Así todo de ritmos lleno
Rapsoda cuyas manos
Puede hacer temblar el trueno;
Así me asomo al bélico paisaje
Que afina en brillo, oscuridad y cieno;
y clavando mi lira en los crestones,
Donde alisa la aurora su plumaje
Y se desgranan las constelaciones;
Dejo que el huracán pulse el cordaje,
Mientras que el sol, espléndido y salvaje;
Funde y retuerce en llamas sus filones,
y de este modo: la racha, la lira
y la cresta;
Son el triple concierto,
De una olímpica orquesta:
y es así como de nuevo se pone a sonar la campana,
Cuyo verbo sinfónico rebato de la historia;
Humilla a los inmensos clarines de la gloria;
Que enraízan en los labios de luz de la mañana.
Es la visión de las mil maravillas,
El alma que se vuelve magnífica ascensión;
Y ante la sombra postrada de rodillas,
El prisma de mi asombro se dispersa en astillas;
Y el quetzal del arco iris se prende en un ciclón.
Cólera de los atlantes, sabia de los gambusinos;
Furia de los autóctonos caballeros andantes,
Y odio de los antiguos navegantes
Que se volvieron luego Jasones y Aladinos;
Resurrecciones de sonidos en el silencio ancestral;
Árboles que se convierten en campanarios de nidos,
Y en la montaña. La Abuela de los ancestros perseguidos,
Peñas trasfiguradas en rocas de cristal.
Toda el alma hecha música
En la fronda del viento,
La carne es un himno de células
Transformado en canción;
En un vuelo de cóndores
Va tendido el pensamiento,
En un clangor pindárico
Desatado el acento,
Y en un círculo de Ilíadas,
SEÑORES
Ahí está sembrado mi corazón.
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Al empezar a hilvanar conceptos: no me abandonan y me ciegan los trasluces de las emociones y de las lágrimas: quienes logramos superar los 90 años somos muy frágiles ante la emoción. Con un hueco en el estómago, un nudo en la garganta, el temblor en las manos y en los ojos abundando la opacidad de pequeñas gotas salinas: amenazando convertirse en torrente y sentirse vencido y temiendo balbucear….
Antes de continuar, siento que debo contar tres anécdotas muy vinculadas con este evento: en 1981 recibió la Presea, María Lavalle Urbina y en 1982 el Dr Alberto Trueba Urbina. Trueba, que emocionado al clímax, pronunció: si yo pudiera llorar. Pero para mí desdicha, no acierto. Hasta eso; lamento que esa bendición no se me permita: un poquitito de ese sagrado líquido que nuestro cuerpo emite para borrar las huellas de nuestras desgracias y que tampoco me dejan compartir mis contentos y mis alegrías.
Por su parte años después me invitó María para acompañarla en su casa de la ciudad de México para una entrevista: fui muy cercano a ella y nunca la había visto tan conmovida: elegante y muy tranquila con un traje sastre gris perla; sentada en un sofá y en ambos lados dos juegos de ocho estuches abiertos mostrando una diversidad de medallas ‘muy importantes todas’. Muy quieta y con los ojos humedecidos, mirando sobre su falda un joyel de carey centra-do con el escudo de Campeche troquelado: Jacobo la interrogó si su preferencia era por ser campechana, dado que entre tantos galardones como de la ONU, la UNESCO y de las máximas que se conceden en México y en Latinoamérica: María con gran propiedad impuso a Zabludovsky, abriendo la cajita y con la efigie de don Justo reluciendo en oro; sostuvo: esta no es una presea o distinción honorífica o cualquier premio, galardón o trofeo. Es una VENERA; en las ocasiones que la he usado en Lugares de alta jerarquía cultural, educativa o diplomática me lo aceptan y aprueban. El término usual es para niveles simbólicos de Rectorías o Decanatos que indican ser únicos por su procedencia proyectada para la significación de un Educador Universal. Jacobo sugirió para ese novedoso criterio someterlo al análisis de expertos. gramáticos o etimológicos. Así se hizo y en 3 programas Continuos con autoridades calificadas en el Canal 13, excepto el conductor Saldaña todos coincidieron que Justo Sierra en su mérito resultaba único e inédito. Desde entonces este premio es una VENERA conque por su ilustración se le significa en Campeche.
LA TERCERA ANÉCDOTA ES TRISTE POR SU DECESO:
El gran escritor Rafael Altamira que íntimamente y con un especial cariño le llamaba a don Justo con el epíteto de que era un niño gigante por su admirable y muy limpia pureza reflejadas en su vida y obras inconmensurables. La muerte de SIERRA es comparable con la del otro gigante VICTOR HUGO: produjo un hondo pesar; ocasionó que se cursaran condolencias, de Galdós, y de Castelar; de Unamuno, de Rueda, y de Valle-Inclán; Machado; Ortega; Proust; Renoir; Ravel; Huxley; Godalming; Orwell; Juan Ramón Jiménez; Nervo; Díaz Mirón; Othón; Gutiérrez Nájera; Juan de Dios Peza; Azuela; López Velarde y muchos personajes del arte, cultura y ciencia mundial. El duelo en España lo presidieron los ministros Reales de Gobernación, Gracia y Justicia: Encabezaba el cortejo la policía montada. Seguida por una nutrida columna formada con diplomáticos, políticos, literatos, artistas y escritores. Los acompañaba un batallón de infantería, dos escuadrones de caballería y una batería de artillería, ya que por decreto real se le tributaron honores grandes de primera clase. Y fue llevado a Santander para su traslado a México. Las ofrendas florales, nunca se han vuelto a ver. Las hizo Cuba desde Madrid y todo el trayecto, hasta el túmulo mortuorio, ya en la ciudad de México.
Jesús Urueta Siqueiros cercano de Altamirano y admirado por Alfonso Reyes, quien lo consagró como el mejor orador mexicano de todos los tiempos, y lo calificó exponiendo: “Es el más perfecto espectáculo del hombre parlante”. Fue el del verbo divino, llamado El Griego, dada su pasión por la cultura helénica. En el memorable discurso luctuoso, ante el féretro del Maes tro: quien pronunció la sentencia “Mis labios podrán bendecir de nuevo la vida, que es tan bella porque es efímera, y bendecir de nuevo la muerte, que también es bella porque es eterna”. Afirmando que en sus finales, -el de los grandes- todo se transforma en un símbolo y en sueños que disminuyen el dolor con la panacea equilibradora del llanto. El panegírico tuvo tal fuerza e-motiva que el presidente Madero se corrió en llanto y volviendo con el brazo extendido hacia Juan Sánchez Azcona, su secretario, por un pañuelo; este a su vez, hizo lo mismo volviéndose a Luis G Urbina, que tampoco tenía. La multitud presente –al no saber lo que pasaba- sintió hondas preocupación y alarma, al ver a Madero llorando; y de ahí surge esta anécdota: pues los tres grandes poetas escribieron tres epígrafes, que luego se recitaron en la Escuela Nacional Preparatoria “ASI LLORA LA PATRIA”.
En esa histórica Escuela se-de de los más insignes hombres cultos de esa época, tuvo como Decano al campechano que Sierra presumía como su maestro, Francisco Rivas Puigserver, que contestaba –no se puede enseñar al prodigio de que todo lo sabe-¡¡
Rafael Perera Catellot, decía según Herrera Vaqueiro: que para hablar de Justo Sierra: antes debía uno enjuagarse la boca con agua bendita.
Para delinear su labor, que podría agregarse que ya no esté dicho y por grandes oradores como Urueta ‘El príncipe de la palabra’ o por Sodi, Lascuráin y Casasús. O los también máximos exponentes de la retórica campechana Manuel Samperio y Luis Álvarez. Encumbrándolo como poeta, historiador, juriscon sulto”, “tribuno”, “todo bondad y sonrisas”, o también que “Nos queda”?… Las lecciones de verdad y de belleza que dio su palabra opulenta, y las lecciones de virtud que nos legó su vida ejemplar y humilde…” Y si no bastase eso, decir su obra que escribió sobre Juárez: Tuvo como compañero de juegos a Francisco Sosa Escalante y juntos: niñez y preadolescencia; en la ciudad de Mérida escribieron sus primeras obras y versos. En esa época y por la soberbia de Maximiliano, estuvieron allá, de castigo Juan Antonio Mateos e Ignacio Ramírez, que estimularon a los dos muchachos: conviviendo con sus númenes iluminados: El Nigromante le comentó al famoso dramaturgo: he ahí el futuro de nuestra nación; los 2 imberbes con el cristal de sus risas, prometieron a los viejos intelectuales que seguirían sus enseñanzas. Fue un vaticinio veraz para la patria y los dos campechanos “lumbreras nacionales”.
En el sosiego de la vida provinciana aparece esa fuerza virgen y perdurable que corriendo el tiempo señala el destino de los pueblos, grandes y peque-ños. En el culto a la verdad, al bien y a la belleza, se funda el patrimonio más estimable del linaje humano y la nobleza de una estirpe. Lo que somos hoy se lo debemos a las generaciones que nos heredaron sus virtudes para de-jarnos un valioso tesoro espiritual y que guiaron nuestros primeros pasos como pueblo organizado.
La obra de la cultura se revela a medida que se limpia de prejuicios y avanza por el camino de la libertad hasta culminar en una implacable transformación hacia metas superiores; renovando sus sistemas y métodos en consonancia con la realidad social y el momento temporal que se vive. En Campeche la enseñanza se despojó de su índole dogmática al constituirse en el alma de una reforma educativa en la que se implantó el positivismo, muy adelantado para todos los pueblos hispanos; dando así paso, a las nuevas ideas que estructuraron planes de estudios, que obligaron al consecuente surgimiento de textos innovadores.
Así surgieron generaciones de pensadores muy selec-tos dentro y fuera de México: José Castellot y Carlos Mc’gregor, en NorteAmérica; Joaquín Blengio y Ernesto Cervera, en Francia; Audomaro Molina en España; Felipe Ferrer en Ginebra; Jorge Alvárez en Alemania; Ricardo Contreras en Nicaragua; Ignacio Cabero en Colombia; Juan Pérez Abreu en Cuba; Tomás O’horán en Guatemala; Manuel Puig en Uruguay; Francisco Rivas en Bélgica, y Holanda; Juan Sánchez Azcona en Italia; Víctor Góngora en Génova; Ricardo Monge y Rafael Zubarán en E.U.; José de Lanz y Zaldívar en Inglaterra y Argentina y Raul Carrancá en Panamá.
Actualmente y pese a la ausencia de la antigua grandeza; vivimos con ese contenido espiritual y trascendente sin olvidar que tenemos un pasado incomparable y saturado de la inmovilidad de lo incambiable: cuatro ministros plenipotenciarios: Rafael Zubarán, Herminio Pérez Abreu, Manuel García Jurado y Salvador Martínez Alomía fueron enviados por Carranza a explicar la Constitución por ser la primera ley fundamentalmente social. seis académicos de la lengua, Historia, y Sociedad Mexicana de Geografía y Estadística: fueron simultáneos: José María Oliver y Cazares (sabio); Joaquín Blengio Molina (poeta); Francisco Sosa Escalante (biógrafo); Audomaro Molina Solís (gramático); Joaquín Baranda Quijano (retórico) y Justo Sierra Méndez (maestro):
Pero no sólo sus hombres, sino también sus mujeres dedicadas al pensamiento y la justicia social: su conducción y formaciones; constituyendo el capital más enriquecido para las nuevas generaciones, Dentro del género, por citar algunas, referiré a María del Huerto, María Ana Roo, Ana Josefa Estrada, María Josefa Borreiro, Mercedes Mayans, Florinda Batista, Ana María Farías, Adela Ávila, Serafina Mezquida, Francisca y Mercedes Vasto Lara, Sara García Sabido, Ana Esperanza Cetina, Josefina y Mercedes Quintal, María Pacheco Blanco, Rosario Rivas Hernández, Zoila Vadillo, Aurora y María Luisa Pacheco, Genoveva Cachón, Sebastiana Solís, Ana Poblaciones, María Ramírez, Gertrudis Cano, Socorro Rosado, Evarista Vargas, Socorro Ancona, Trini dad Castro, María del Carmen López, Bertha Lavadores, Carmen Díaz de Sosa y otras muchas más:
JUSTO SIERRA ES CÚSPIDE TRANSATLANTICA
La espléndida aportación en lo particular a la educación se registra sin discusión alguna proviniendo: de Joaquín Baranda: La educación popular, obligatoria, gratuita y laica, con la Escuelas Primarias Urbanas, la Nacional de Maestros y la de Artes y Oficios de mujeres; de Justo Sierra; el consejo Superior de Educación Federal, el establecimiento de los Jardines de Niños y la Fundación de la Universidad Nacional de México; Francisco León de la Barra: en su efímera presidencia hizo nacer las Escuelas rudimentarias, que después Vasconcelos fomentó como Escuelas Rurales y Misiones cultura-les. Manuel Puig Caussauranc: por su parte estableció la Educación Técnica (Agrícola y Biológica) y la Psicotécnica que desembocó en la Pedagogía Pragmática y la Propedéutica; Felipe Ferrer Baynon: fundó el Instituto de Protección a la Infancia, La Higiene escolar y la Pedagogía el cuidado social con tribunales para menores, Centros de Discapacitados y casos de Marginación Especial; Y Manuel Gual Vidal: dio cima a todo esto, cuando creó y consolidó la Campaña Nacional para la Construcción de Escuelas.
EN RESUMEN:
Campeche ha lucido su genio brillando en el ambiente intelectual, sentando a sus hijos en los más altos sitiales, desplegado su enseña en los más remotos mares, proclamando para propios y extraños los conceptos de bondad, gentilidad y franqueza, que han entrado al léxico con merecimientos propios que enriqueció con neologismos sonoros; fomentando las ciencias y las artes con la cara a un sol que refleja su pretérito pensando en el porvenir.
JUSTO SIERRA MENDEZ:HONRA Y PRES
DE CAMPECHE, MEXICO, AMÉRICA Y DEL MUNDO