Se acercan las votaciones

A unos días de que concluyan las campañas políticas, recrudecen los ataques entre los candidatos con el objetivo de generar debate entre sus seguidores y ganar adeptos.

Todos los días, los votantes nos chutamos esta masacre en medios de comunicación y plataformas digitales, incluyendo paginitas donde exhiben desde su vida privada hasta presuntos actos de corrupción. Son el pan de cada día, las acusaciones verbales y mediáticas, que protagonizan aspirantes de diferentes siglas partidistas.

En la lucha por las alcaldías, diputaciones federales, locales y senadurías, se concentra la artillería pesada, el mayor golpeteo mediático, como si fuera a ganar la contienda el que lance más golpes. Tremendo error; los que están acostumbrados al desprestigio y la guerra sucia se pueden llevar una sorpresa. ¡Aguas!

Son tan profundas las heridas durante la batalla que es difícil predecir qué país o qué Estado tendremos al finalizar la jornada electoral. En algunas demarcaciones se vislumbran escenarios preocupantes y en otros, se sentarán las bases del camino que transitarán los ciudadanos.

El análisis de la opinión pública a nivel nacional y local tiene variaciones y se concentra más en la Presidencia de la República, el Congreso de la Unión (Cámaras de Diputados y de Senadores) y los Congresos Locales. En los tres casos, la mercadotecnia es excesiva y los aspirantes se disputan los votos uno a uno.

No es solo el poder lo que está en juego, sino la continuidad del proyecto de la Cuarta Transformación y la reorientación de fuerzas a nivel federal, estatal y municipal. Veremos ¿qué partidos ganarán o perderán en Chiapas, Ciudad de México, Guanajuato, Jalisco, Morelos, Puebla, Tabasco, Yucatán y Veracruz. ¿Cuáles se fueron al vacío sin paracaídas y dónde fueron capaces de refrendar su triunfo?

Los resultados que arrojen las elecciones influirán en la relación entre las autoridades federales y los que resulten ganadores. No olvidemos que presupuestal y operativamente las entidades tienen una marcada dependencia con el gobierno central.

A esta fiesta democrática están convocados 99 millones de mexicanos. La coalición opositora Fuerza y Corazón por México (PRI-PAN-PRD), pretende convertir la elección en una competencia entre dos, con la intención de arrebatar la Presidencia o ganar la mayoría en el Poder Legislativo, mientras la alianza Juntos Hacemos Historia (Morena-PT-PVEM), difunde su petición de sufragio masivo.

Por su parte, Movimiento Ciudadano, lanzó el exhorto al voto duro opositor que le pueda sumar simpatías en los estados en disputa y conservar el voto cautivo en territorios donde tienen mayor presencia.

El mosaico de la República Mexicana va a cambiar y, en algunos estados la operación Voto Útil está en marcha en redes sociales donde se pide a los electores no “desperdiciar” un sufragio en aquellos aspirantes con pocas probabilidades de ganar. Los candidatos punteros lo están promoviendo por lo cerrado de los sondeos, aunque hay casos en los que están subestimando a los participantes.

A unos días de que concluyan las campañas locales, hay que tener conciencia plena de lo que está en juego en el país, en el Estado y en los municipios. Nuestro voto decidirá la ganadora o el ganador en cualquiera de los 20,708 cargos que estarán en disputa, por eso es importante analizar los perfiles, trayectorias y el trabajo de gestión que han realizado.

En lo personal me gustaría ver más propuestas y proyectos circulando en las redes sociales en lugar de golpeteo y ofensas. Veo poco debate en torno a qué piensan hacer, cómo lo van hacer y con qué recursos. Eso deberían estar divulgando en lugar de acrecentar sus fobias, rencores y revanchismos. Por fortuna no todos están cayendo en el juego.

La gente lo que quiere son respuestas, soluciones y empatía en estos tiempos tan complicados de polarización y un ambiente quisquilloso. ¡No lo entienden!

La moneda está en el aire, el éxito de algunas marcas es impredecible porque las encuestas siguen moviéndose de acuerdo a la variación técnica que
utilizan. Además la percepción ciudadana es volátil y el número de indecisos sigue arriba del 15 por ciento, y podrían inclinar la balanza siempre y cuando salgan a votar.

Se acercan las votaciones, son tiempos de definiciones y es enorme la responsabilidad cívica que nos tocará asumir la mañana siguiente al 2 de junio.

El pueblo tiene la última palabra.