Ningún cabo suelto

EL DOMINGO después del primer debate presidencial la candidata de Morena, Claudia Sheinbaum Pardo, salió de la sede del INE con la sensación de que está un poco más cerca de convertirse en la primera mujer presidenta de México.

Los conductores del debate, una pareja de periodistas experimentados, leyeron preguntas de los ciudadanos y elaboraron otras, sobre temas que eran más duros para la candidata del partido en el poder que para sus adversarios de la oposición.

Salud, combate a la corrupción, educación, violencia contra las mujeres, feminicidios, creación de empleos, el manejo de la pandemia de covid. Estos temas, entre otros, se pusieron sobre la mesa y en todo el actual gobierno de Morena ha quedado a deber mucho durante este sexenio. Pero también de todos Claudia salió viva; ni Xóchitl Gálvez ni Jorge Álvarez Máynez lograron sacarla de su línea, aunque hubo preguntas directas de Xóchitl y “artillería” a las que no respondió la candidata de la 4T, es cierto, pero pasaron rápido y se diluyeron entre la variedad y la velocidad con la que se exponían los temas. Nunca se vio superada.

Faltan dos debates; en estos se abordarán temas como el de la seguridad pública. Sin embargo, el tiempo sigue su marcha para la elección del 2 de junio y la primera prueba, en la que ninguno de los tres podía ocultar por momentos el nerviosismo, la superó con bastante aplomo la exjefa de Gobierno de la Ciudad de México.

Para el segundo debate la presión crecerá del lado de Xóchitl, obligada una vez más a convencer a millones de electores de que sí es una opción en la que se puede confiar y lograr la alternancia; ahora es ella quien deberá demostrar nervios de acero porque se le acaban las oportunidades.