Ningún cabo suelto

EL PRESIDENTE Andrés Manuel López Obrador y su partido Morena están dando señales que no son congruentes con la ventaja que dicen las encuestas que tiene su candidata presidencial, Claudia Sheinbaum Pardo.

Lo hizo hace algunas semanas, cuando sin ninguna prueba cuestionó si desde el Poder Judicial se tramaba un golpe de Estado “técnico” para anular las elecciones y hace un par de días, en otra infortunada declaración, sugirió que el presidente de Ecuador, Daniel Noboa, le ganó a la candidata de la izquierda en ese país gracias al asesinato del candidato Fernando Villavicencio, perpetrado por el crimen organizado, por cierto, vinculado a cárteles mexicanos. Cómo respuesta el gobierno ecuatoriano expulsó a la embajadora mexicana y las relaciones diplomáticas están en crisis.

Por cierto, el presidente también ordenó darle asilo político al exvicepresidente Jorge Glas, acusado de desviar millonarios fondos, destinados a los daños por el terremoto de 2016 en ese país.

A todas luces, se ve lo que hace el presidente tocando estos temas desde su tribuna como un lamentable intento de sembrar la incertidumbre y el temor en millones de electores mexicanos.

Por otra parte, y casualmente a unos días del primer debate presidencial, se filtró el video del hijo de Xóchitl Gálvez, grabado bajo los efectos del alcohol insultando y atacando a los guardias de un antro.

En política no hay casualidades: surge este material cuando el tema de los hijos del presidente y su presunta participación en una red de corrupción de cientos de millones de pesos causa revuelo en las noticias políticas y en las redes sociales. Ojo por ojo, hijo por hijo, parece ser el mensaje de la mano que mece la cuna.

¿Será acaso que las tendencias y los números de las encuestas no son como los pintan?

LAMENTABLE Y grave accidente sufrió un grupo de brigadistas de Morena, quienes se dirigían a una de las comunidades rurales del Municipio de Campeche, saliéndose de la carretera la camioneta en la que viajaban. Lo que además nos recuerda, que muchos de estos trabajadores de los partidos durante las campañas se arriesgan en condiciones muy vulnerables, para recibir un apoyo económico, que suele ser además muy bajo y en la gran mayoría de los casos no están ni siquiera protegidos por la seguridad social.

Ojalá que no sea el caso y sean respaldados por sus dirigentes en este momento tan difícil para ellos y sus familias.