La crisis de la oposición

Está claro que no hay oposición en el Estado de Campeche, hace tiempo que dejó de hacer y ha dejado pasar. Argumentos los hay por montones para actuar y señalar, pero la zona de confort en la que se ha estacionado le permite a sus dirigencias vivir bien y ser conformistas, distanciándose de los ciudadanos, de la problemática cotidiana que padecen y de su propia militancia que permanece en la indefensión.

PAN, PRI, Movimiento Ciudadano, PRD y los partidos de nueva creación están prácticamente desaparecidos; así se la pasaron todo el año pasado y lo que va de este. De no ser porque los pocos militantes aferrados les han recordado a sus dirigentes la publicación de las convocatorias para elegir a los candidatos a diputados locales, presidencias de los 13 Municipios y de las 22 Juntas Municipales, seguirían dormidos, matando el tiempo, esperando el fin de mes para cobrar las prerrogativas.

Tiempo tiene que la labor partidista en los municipios la abandonaron y se alejaron de los suyos, cuando en otros momentos en los meses previos al inicio del año electoral el movimiento era notorio en las sedes de los partidos, empezaban los trabajos para ir seleccionando a los mejores cuadros y las estrategias para derrotar a los adversarios. ¿O ya estarán resignados a la derrota el 2 de junio?

Parece que se les acabó el entusiasmo y las ganas de competir desde hace tiempo. El invernar prolongado se pudiera interpretar como que todo marcha bien, que no hay nada que señalar al actual gobierno estatal o de plano están en el total descaro: solo ven por sus intereses y los ciudadanos solo son útiles en las elecciones. Recuerden que el silencio muchas veces es cómplice y el que calla otorga.

Las ruedas de prensa semanales que les daban foco, generaban reacciones, que no les costaban un peso, pues solo invertían en verbo y adjetivos, las desaparecieron.

Para colmo no tienen un liderazgo que aglutine, ni uno solo. Con la salida de Ramón Santini Cobos de la dirigencia estatal del PRI y la llegada de Ariana Rejón, se pensó que esta haría la tarea. Nada.

Todo lo contrario, está escondida y su oficina, blindada. En los pasillos del tricolor se comenta que como ya tiene asegurada una diputación federal, no le preocupa, menos le ocupa lo que está pasando en ese partido que se está cayendo a pedazos.

Movimiento Ciudadano es una historia similar, Daniel Barreda no dirige nada, ni a nadie. Nunca lo hizo, menos ahora que ha sido desplazado por el recién llegado Pedro Armentía y que dicen es del mismo dueño del PRI.

Así me puedo seguir y el resultado es similar: es de pena ajena la oposición en el Estado. Inexistente. Por separado representaban opciones diferentes y se le veía con ganas de posicionar a sus candidatos. Hoy la finalidad de unir fuerzas para dar pelea la ha dividido y debilitado.

Es un mal presagio para sus candidatos, que no tendrán el arropamiento ni el apoyo que requieren. Claro, sus dirigentes ya aseguraron ser los primeros en las listas plurinominales y los demás los tienen sin cuidado.